A medida que aumentan las tensiones geopolíticas, tras la invasión rusa de Ucrania y con un enfrentamiento entre EE.UU. y China, el riesgo es una palabra clave para la política económica del bloque de 27 países, que se plantea cómo garantizar las cadenas de suministro y en qué medida compartir la tecnología.

Los líderes de la UE debatirán estos temas en su cumbre del viernes.

DE-RIESGO

El bloque quiere limitar su dependencia para ciertos productos estratégicos, en particular los necesarios para su transición ecológica, como el litio utilizado en las baterías de los vehículos eléctricos o las tierras raras que se encuentran en los imanes de las turbinas eólicas.

China procesa actualmente casi el 90% de los elementos de tierras raras y el 60% del litio a nivel mundial.

La Unión Europea quiere, en cambio, impulsar la extracción, el reciclado y el procesamiento nacionales de las necesidades críticas de materias primas para 2030 y asegurarse de que ningún tercer país proporcione más del 65% de cualquier mineral clave.

La UE repite que la desvinculación no significa desvincularse de China, pero afirma que ha aprendido una dura lección al depender de Rusia para el gas natural y quedarse sin suministro tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.

El recelo de la UE hacia China ha aumentado debido al posterior estrechamiento de los lazos de Pekín con Moscú. Al mismo tiempo, el déficit comercial de la UE con China ha aumentado hasta los 400.000 millones de euros (420.000 millones de dólares), el doble que hace cinco años.

China exige ahora a los exportadores que obtengan licencias para enviar algunos productos de galio y germanio utilizados para fabricar semiconductores.

La UE también dependió de China durante la pandemia del COVID para equipos de protección y ahora para medicamentos y materias primas farmacéuticas.

ESTRATEGIA DE SEGURIDAD ECONÓMICA

La reevaluación del riesgo debido al aumento de las tensiones geopolíticas es también una parte clave de la Estrategia Europea de Seguridad Económica presentada en junio.

La estrategia se centra en los riesgos para la resistencia de la cadena de suministro, la seguridad física y cibernética de las infraestructuras críticas, la seguridad tecnológica y las fugas y la militarización de las dependencias económicas o la coerción económica.

La Comisión Europea ha propuesto llevar a cabo evaluaciones de riesgo de estas áreas. Para mitigar los riesgos, la UE podría invertir para impulsar su propia competitividad o forjar alianzas con un amplio abanico de países.

También puede optar por medidas de protección, como el Instrumento contra la Coacción aprobado por los legisladores el martes, o imponer controles sobre las exportaciones o las inversiones en terceros países.

La Comisión ha recomendado evaluaciones para una lista de cuatro tecnologías: semiconductores avanzados, inteligencia artificial, cuántica y biotecnología. Ha señalado los riesgos potenciales de que se les dé un uso militar o se utilicen en abusos de los derechos humanos por parte de "países preocupantes".

El Ejecutivo comunitario subraya que las evaluaciones serán "agnósticas respecto a los países". Sin embargo, aunque la estrategia económica no nombra a China, habla de asociarse con países con mentalidad de enlace y de de-risking, su política de reducción de la dependencia de China.

Las evaluaciones deberán estar terminadas a finales de año. La Comisión podría entonces proponer medidas, por ejemplo sobre las inversiones en el exterior.

La Comisión también podría proponer a principios de 2024 la evaluación de otros seis campos tecnológicos, entre ellos los de la energía, la robótica y el espacio.

La estrategia económica también prevé una revisión del sistema de control de las inversiones extranjeras en la UE, ahora irregular, una propuesta para hacer más eficaces los controles de las exportaciones y medidas para mejorar la seguridad de la investigación.

La estrategia supondrá un delicado acto de equilibrismo para la Comisión porque la seguridad nacional es competencia de los 27 miembros individuales de la UE.

Aunque la mayoría reconoce la necesidad de una estrategia armonizada, sobre todo porque la UE tiene una política comercial común, muchos son reacios a transferir el poder a Bruselas.

La Comisión, que supervisa la política comercial de la UE, ha dicho que la estrategia, incluidas las evaluaciones, se llevará a cabo con los gobiernos de la UE.