Ucrania suele representar cerca de la mitad de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, uno de los aceites comestibles más consumidos del mundo, y la invasión de su vecino por parte de Rusia, que dura ya dos meses, ha paralizado los envíos ucranianos.

A medida que la industria alimentaria va sustituyendo el girasol por alternativas como el aceite de colza, de soja o de palma, las empresas pueden solicitar una exención temporal de las normas de etiquetado francesas, según informó la autoridad de protección del consumidor y lucha contra el fraude del ministerio.

No obstante, los fabricantes de alimentos tendrían que proporcionar una indicación básica de un cambio de ingredientes en el envase en un plazo de dos meses, antes de proporcionar una lista de ingredientes totalmente actualizada en un plazo de seis meses, dijo el organismo de la DGCCRF.

Los cambios en las recetas que impliquen un riesgo de alergia, o que comprometan una afirmación del producto como que es orgánico o libre de aceite de palma, no se beneficiarían del periodo de gracia del etiquetado, añadió.

El aceite de girasol se utiliza ampliamente en la preparación de patatas fritas y patatas fritas, así como en otros productos alimenticios como la margarina y las galletas.

También se vende en botellas como aceite de cocina y la prisa de los hogares por asegurarse el suministro ha provocado que las estanterías de las tiendas estén vacías en Francia y otros países europeos, con algunas cadenas de supermercados restringiendo las compras por comprador.

Los máximos históricos de los precios del aceite vegetal este año han contribuido a que los precios mundiales de los alimentos, según las medidas de la ONU, alcancen su nivel más alto registrado.

El suministro de aceite vegetal podría verse sometido a una mayor presión, ya que el principal productor de aceite de palma, Indonesia, se prepara para prohibir las exportaciones de un tipo de aceite de palma en un intento de frenar los precios internos.