En diciembre, el gobierno de Uagadugú envió una carta solicitando la marcha del embajador de Francia, una medida que el gobierno francés calificó de "práctica no habitual".

"Me gustaría expresar mi apoyo y el nuestro a nuestro embajador y a todo el personal de la embajada, que están realizando un trabajo notable en unas condiciones que, como saben, son difíciles", declaró Colonna a LCI TV, añadiendo que la carta había solicitado un cambio de enviado.

Las relaciones entre Francia y Burkina, antigua colonia francesa en África Occidental, se han deteriorado tras repetidos golpes militares.

Las protestas de los opositores a la presencia militar francesa han aumentado, en parte debido a la percepción de que Francia no ha hecho lo suficiente para hacer frente a una insurgencia islamista que se ha extendido en los últimos años desde la vecina Mali.

Francia conserva unas 400 fuerzas especiales basadas en Burkina. Retiró sus fuerzas de Mali el año pasado después de que la junta militar de ese país llegara a un acuerdo con la empresa privada rusa Wagner Group, formada por veteranos del ejército ruso, para operar en el país.

"Hubo un golpe de Estado (en Mali) y se está produciendo un discurso antifrancés organizado y metódico", dijo Colonna. "Potencialmente, sí, se puede imaginar un vínculo en esta campaña antifrancesa y Wagner".

Un funcionario del ministerio de Defensa francés dijo que aún no se había tomado una decisión sobre si retirar sus fuerzas especiales de Burkina, pero que todas las opciones estaban sobre la mesa como parte de una revisión francesa de sus operaciones militares en África que concluirá a finales de este año.

Diplomáticos franceses han afirmado que Burkina ha forjado relaciones con Wagner, mientras que el presidente de la vecina Ghana alegó en diciembre que Uagadugú había contratado al grupo. Las autoridades burkinesas no han respondido a las peticiones de comentarios de Reuters.

En su respuesta, Wagner ha acusado a los gobiernos occidentales, a sus servicios de inteligencia, incluida la CIA, y a las misiones armadas de mantenimiento de la paz de la ONU de cometer algunos de los delitos de los que se ha acusado a Wagner en África, como amasar recursos minerales mediante la minería ilegal y orquestar golpes de Estado.

Una fuente diplomática francesa declaró que por el momento París no tenía previsto retirar a su enviado y que seguía evaluando el objetivo de la petición de Burkina.