Al inaugurar una conferencia de promesas de contribuciones de alto nivel, dijo que la economía afgana prácticamente se había derrumbado desde la toma del poder por los talibanes en agosto y que nueve millones de afganos corrían el riesgo de padecer hambruna. Las familias habían vendido niños u órganos para sobrevivir, dijo.

También pidió la reapertura de las escuelas para todos los estudiantes de Afganistán "sin discriminación", tras la decisión de los talibanes de prohibir a las niñas la educación secundaria.