El brote ha desbordado las instalaciones sanitarias del centro financiero mundial, con un nuevo máximo diario de 7.533 infecciones y 13 muertes, entre ellas la de un niño de 11 meses, lo que ha aumentado la presión sobre el gobierno.

Mientras la mayoría de las grandes ciudades aprenden a convivir con el virus, Hong Kong ha impuesto sus más duras restricciones hasta el momento, y el presidente chino Xi Jinping ha dicho que frenar la enfermedad es la "misión primordial" de la ciudad.

Las políticas de Hong Kong de "dinámica cero-COVID", que reflejan las de la China continental, han contribuido a sus males y son insostenibles, dicen algunos expertos.

El gobierno lanzará el jueves un controvertido "pasaporte de vacunas" que sólo permite a las personas vacunadas entrar en lugares como supermercados y clubes, una medida que, según algunos críticos, plantea problemas de privacidad.

El plan exige que cualquier persona de 12 años o más haya tomado al menos una dosis de una vacuna para entrar en determinados locales, excepto los que tengan exenciones médicas, aunque las inspecciones serán aleatorias en algunos sitios, en vista de la escasez de recursos.

"Traer el pase de la vacuna es lo más natural", dijo Kevin Choi, subsecretario de alimentación y salud.

Las dificultades operativas en algunos lugares, como los centros comerciales, los supermercados y los grandes almacenes, dificultan la realización de controles activos, añadió.

En la fase final del plan, a finales de junio, se exigirá a los mayores de 18 años que se hayan vacunado tres veces, según las autoridades.

Los hospitales públicos de Hong Kong se han visto sometidos a una gran presión, con una ocupación superior al 95%, ya que luchan por hacer frente al flujo de pacientes, incluidos los ancianos, muchos de los cuales se han resistido a la vacunación.

Hong Kong ha lanzado un "combate sin cuartel" contra el brote, dijo el domingo el número 2 de la ciudad, John Lee.

A medida que aumenta la urgencia, los hospitales privados comenzarán pronto a acoger a los pacientes de los hospitales públicos, mientras que en la isla de Lantau se han iniciado los trabajos de construcción de unas 10.000 unidades comunitarias y de aislamiento, dijeron las autoridades en un comunicado.

Las autoridades también están vigilando de cerca los brotes en las residencias de ancianos, con infecciones registradas en unos 250 centros que afectan a unos 700 residentes.

La quinta oleada de la enfermedad es "feroz" y el gobierno debe asignar fondos suficientes para ayudar a los ciudadanos y a las empresas, dijo el fin de semana en un blog el secretario de Finanzas, Paul Chan, que desvelará el presupuesto anual.

A menos que el presupuesto proporcione medidas de alivio sin precedentes, dicen los economistas, será difícil ver cómo la economía puede evitar contraerse de nuevo después de salir el año pasado de su recesión más prolongada, que duró de 2019 a 2020.