El Mediterráneo oriental ha producido importantes descubrimientos de gas en la última década, sobre todo frente a Israel y Egipto, y el interés ha aumentado desde que la invasión rusa de Ucrania afectó a los flujos hacia Europa.
"Tendremos que decidir pronto cómo exporta Israel su gas y las mismas decisiones tiene que tomar Chipre. Estamos estudiando la posibilidad de cooperar en este sentido", declaró a la prensa en Nicosia el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tras una cumbre tripartita con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente de Chipre, Nikos Christodoulides.
"Esas decisiones se tomarán, creo, en los próximos tres a seis meses, probablemente más cerca de los tres meses", dijo.
A principios de este año, Chipre sugirió agilizar la llegada del gas al mercado mediante la creación de un gasoducto corto que uniera los yacimientos de gas del Mediterráneo oriental de Israel con una instalación de licuefacción en Chipre, que luego podría enviarse a Europa.
"Estamos de acuerdo en que el gas natural y las energías renovables son un pilar primordial de la cooperación en la región, especialmente a la luz de los recientes acontecimientos geopolíticos", declaró Christodoulides. "Especialmente en Europa (ello) dicta la necesidad de una diversificación energética y de una mayor interconectividad", añadió.
Netanyahu afirmó que Israel también "persigue con entusiasmo" formar parte de un enlace eléctrico submarino previsto, el Interconector EuroAsia. Se prevé que el cable submarino, apoyado por la UE, transporte hasta 2.000 megavatios de electricidad para unir finalmente las redes de Israel y Chipre con Grecia.
"Nos gustaría que se conectara obviamente a Israel, y posiblemente al este de Israel", dijo Netanyahu. (Reportaje de Michele Kambas; Edición de Sharon Singleton)
