Los palestinos acusan al ejército israelí de haber matado deliberadamente al conocido reportero de Al Jazeera durante una redada en la ciudad cisjordana de Yenín en mayo.

Israel lo niega, diciendo que Abu Akleh fue alcanzado por un fuego perdido del ejército o disparado por pistoleros palestinos durante un enfrentamiento con las fuerzas israelíes.

Ambas partes esperan que una prueba de balística sobre la bala mortal ofrezca respuestas a la pregunta de quién mató a Abu Akleh, pero la profunda desconfianza entre ellas ha obstaculizado la investigación.

Los palestinos entregaron el sábado la bala a un coordinador de seguridad estadounidense y dijeron que habían recibido garantías de que Israel no participaría en la prueba.

Pero en una entrevista con Army Radio el domingo, un portavoz militar israelí dijo que "la prueba no será estadounidense. La prueba será una prueba israelí, con presencia estadounidense".

Y añadió: "si la matamos, asumiremos la responsabilidad y sentiremos pesar por lo ocurrido. También sentimos pesar cuando los civiles son asesinados por pistoleros palestinos".

Nachman Shai, ministro israelí de Asuntos de la Diáspora, dijo a los periodistas el domingo que "no debemos temer una investigación. Desde el primer momento en que quisimos una investigación, invitamos a los estadounidenses y les dijimos que formaran parte de ella. Creo que esa es la dirección correcta".

Y añadió: "no disparamos a los periodistas".

Akram al-Khatib, fiscal general de la Autoridad Palestina, dijo que la prueba tendría lugar en la embajada de Estados Unidos en Jerusalén.

Un portavoz de la embajada estadounidense dijo: "No tenemos nada nuevo en este momento".

El presidente estadounidense Joe Biden se reunirá con los líderes israelíes y palestinos en una visita a la región a finales de este mes.