La iniciativa pretende hacer frente a la reciente escasez de combustible para reactores que afecta a los vuelos comerciales y que ha obstaculizado la ampliación de la capacidad de los vuelos internacionales y la introducción de nuevas rutas.
El turismo a Japón se recuperó tras la reanudación de los viajes sin visado a finales de 2022 después de los estrictos controles fronterizos COVID-19, y la caída del yen a su nivel más bajo en 38 años aumentó el atractivo del país para los visitantes extranjeros.
El proyecto fue presentado por los ministerios de Industria y Transporte a un grupo de especialistas que debatían el problema de la escasez de combustible.
Como iniciativas a corto plazo, el borrador propone evaluar el crecimiento de la demanda de combustible en cada aeropuerto y garantizar al mismo tiempo un suministro suficiente mediante el aumento de la producción local y el incremento de las importaciones.
El plan también incluye reforzar los sistemas de transporte utilizando toda la capacidad de camiones y barcos.
Como iniciativas a medio y largo plazo, el borrador propone aumentar el número de tanques en las refinerías y aeropuertos, asegurar más camiones y ampliar los barcos, y actualizar los anticuados equipos de manipulación de la carga.
Las refinerías japonesas han estado reduciendo la capacidad de procesamiento de petróleo en la última década para reflejar la caída de la demanda interna debida al envejecimiento de la población, el descenso de la natalidad y el cambio hacia vehículos más eficientes en el consumo de combustible.
"A diferencia de otros productos petrolíferos, esperamos que la demanda de combustible para aviones aumente aún más, ya que el gobierno tiene como objetivo alcanzar los 60 millones de turistas extranjeros en 2030, por lo que tenemos que adoptar un enfoque a largo plazo", declaró a la prensa un funcionario del Ministerio de Industria.
En 2023, algo más de 25 millones de visitantes llegaron a Japón. (Reportaje de Yuka Obayashi Edición de Mark Potter)
