El aumento del 26,3% hasta alcanzar la cifra récord de 6,82 billones de yenes (51.700 millones de dólares) para el año que comienza el 1 de abril permitirá a Japón más que triplicar el gasto en municiones que desea para disuadir a sus rivales regionales, China y Corea del Norte, mientras el ataque de Rusia a Ucrania espolea las tensiones regionales.

El presupuesto, que los legisladores aprobarán antes de abril, destina 897.000 millones de yenes al desarrollo de armamento, más que en los cuatro años anteriores juntos. Japón utilizará casi la mitad de esa cantidad para desarrollar nuevos misiles de mayor alcance que, junto con los Tomahawk de Raytheon Technologies, le darán la capacidad de atacar objetivos situados a más de 1.000 kilómetros de distancia, incluso en China.

Tokio tiene previsto empezar a desplegar esas nuevas armas en unos tres años, según declaró un funcionario del Ministerio de Defensa en una reunión informativa.

Japón, que renunció a su derecho a hacer la guerra tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, planea duplicar los gastos de defensa hasta alcanzar el 2% del producto interior bruto en un plazo de cinco años. Eso le convertirá en el tercer mayor gastador militar del mundo, después de Estados Unidos y China, basándose en los niveles actuales.

Ese gasto sin precedentes refleja la preocupación de Japón de que China pueda atacar a la vecina Taiwán y, al hacerlo, amenazar las islas japonesas y poner un posible cerco a las rutas marítimas que suministran petróleo a Oriente Próximo.

Para ayudarle a sostener cualquier conflicto prolongado, Japón dijo que duplicará los desembolsos en mantenimiento y piezas de repuesto el próximo año. También aumentará el gasto en aviones no tripulados, capacidades de guerra cibernética, defensas contra misiles balísticos, satélites de reconocimiento y comunicaciones, buques de guerra y aviones de transporte.

Para reforzar su capacidad de combate aéreo, también tiene previsto comprar 16 cazas furtivos F-35 de Lockheed Martin Corp por 250.000 millones de yenes. La mitad de ellos serán variantes B de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) que desplegará en dos portaaviones reconvertidos.

Japón también ha destinado 102.000 millones de yenes el próximo año a un proyecto conjunto de desarrollo de cazas con Gran Bretaña e Italia anunciado este mes, que pretende poner en funcionamiento un avión avanzado para 2035.

El primer ministro, Fumio Kishida, ha dicho que planea subir los impuestos para pagar su aumento del gasto militar, pero aún no ha proporcionado un plan detallado de cómo financiará Japón la acumulación.

(1 $ = 132,2400 yenes)