Los nuevos casos de COVID-19 en Japón alcanzaron un récord el martes, según informaron los medios de comunicación locales, mientras el gobierno estudiaba la posibilidad de ampliar las medidas para contener la variante infecciosa del coronavirus Omicron.

El país registró más de 27.000 nuevos casos, según la emisora TBS, superando el anterior máximo registrado en agosto, poco después de que Tokio acogiera los Juegos Olímpicos de Verano.

La prefectura occidental de Osaka registró un récord de 5.396 nuevos casos, mientras que Tokio tuvo 5.185, el más alto desde el 21 de agosto.

Tokio y otras 12 prefecturas han solicitado al gobierno central medidas de lucha contra la infección, según declaró a la prensa el ministro de Economía, Daishiro Yamagiwa, en medio de la preocupación de que los contagios de Omicron desborden el sistema sanitario.

Las medidas permiten a los gobernadores ordenar restricciones a la movilidad y a los negocios, incluyendo la reducción de los horarios de apertura de bares y restaurantes. Es posible que se declare una decisión oficial sobre las medidas de cuasi-emergencia, como se denominan, tan pronto como el miércoles, dijo el periódico Yomiuri.

Esto seguiría a las restricciones declaradas a principios de este mes en tres regiones que albergan instalaciones militares estadounidenses, después de que pareciera que los brotes de Omicron en las bases se extendieran a las comunidades circundantes.

La tasa de ocupación de camas de hospital de Tokio para los pacientes de COVID-19, una métrica muy vigilada, subió al 23,4% el martes. Un aumento hasta el 50% justificaría la declaración de un estado de emergencia total, según las autoridades.