FRÁNCFORT, 13 ene (Reuters) - Martins Kazaks, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, rechaza las apuestas de los inversores de que el BCE recortará los tipos de interés a finales de este año, y afirmó que sería necesaria una profunda recesión para que se redujeran los costes de endeudamiento.

Los mercados monetarios prevén que el BCE suba el tipo que paga por los depósitos bancarios en casi 150 puntos básicos de aquí al verano, antes de dar marcha atrás a finales de 2023 y el año que viene, lo que probablemente implicaría una desaceleración del crecimiento y la inflación.

Sin embargo, Kazaks dijo a Reuters que no veía una "razón de ser" para ello y que los tipos deberían seguir subiendo para frenar la inflación, que en la zona euro se sitúa casi cinco veces por encima del objetivo del 2% del BCE.

"Haría falta una recesión profunda con un aumento considerable del desempleo para que la inflación se hundiera y, por tanto, presionara a la baja los tipos", dijo el gobernador del banco central letón en una entrevista. "Pero eso no es probable, dadas las perspectivas macroeconómicas actuales".

Kazaks, considerado en general partidario de una política monetaria agresiva, añadió que los tipos deberían subir "hasta territorio restrictivo", un nivel poco definido que frena el crecimiento económico y que la mayoría de los economistas consideran por encima de la tasa actual del 2%.

La inflación de la zona euro cayó al 9,2% el mes pasado, en gran parte gracias a la bajada de los precios de la energía y a una subvención puntual en Alemania, pero las presiones subyacentes sobre los precios siguieron aumentando.

Kazaks afirmó que la inflación subyacente, que excluye los alimentos y la energía, es la medida que hay que vigilar.

"Es posible que la inflación subyacente siga subiendo aunque la inflación general esté bajando, por ejemplo, debido a las oscilaciones de los precios de la energía", dijo. "En mi opinión, la inflación subyacente es actualmente un indicador clave de la persistencia de la inflación y de las decisiones políticas".

No quiso pronunciarse sobre el nivel en el que los tipos deberían tocar techo.

"La incertidumbre es demasiado alta, y la encontraremos paso a paso", dijo.

El jefe del banco central finlandés, Olli Rehn, así como el del banco central español, Pablo Hernández de Dos, también han pedido al BCE que suba los tipos "significativamente" en sus próximas reuniones.

Sin embargo, su homólogo portugués, Mario Centeno, ha dicho que las subidas se acercan a su fin.

El mes pasado, el BCE redujo el ritmo de sus subidas de tipos de interés de 75 a 50 puntos básicos, pero anunció más subidas de la misma magnitud.

Desde esa reunión, han aumentado las especulaciones sobre una ralentización del ritmo de endurecimiento, al desacelerarse la inflación en la zona euro y en Estados Unidos.

(Reporte de Francesco Canepa; editado en español por Flora Gómez)