La coalición liderada por Arabia Saudí dijo que detendría temporalmente las operaciones militares a partir del miércoles (30 de marzo).

Eso fue después de que los Houthis, alineados con Irán, declararan un cese de tres días de ataques transfronterizos y ofensivas terrestres.

Es el paso más significativo en los esfuerzos de paz desde hace más de tres años. Siete años de guerra han matado a decenas de miles de personas en Yemen y han empujado a millones al hambre.

La ONU había pedido una tregua durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, que comienza esta semana.

Los enviados de la ONU y de Estados Unidos insistieron en la necesidad de un alto el fuego más exhaustivo, al hablar en las conversaciones organizadas por Arabia Saudí de las facciones aliadas.

Los Houthis dicen que sólo asistirán a las conversaciones si se celebran en un país neutral.

Así se expresó el miércoles en Riad el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg:

"Me ha animado la entusiasta participación de los partidos políticos yemeníes, los componentes, los expertos y los representantes de la sociedad civil en este proceso. A través de la pluralidad de voces, ha surgido un mensaje común: los yemeníes quieren que la guerra termine y desean una paz justa y duradera."

El enviado especial de Estados Unidos, Tim Lenderking, dijo en la reunión de Riad que los anuncios unilaterales eran un paso en la dirección correcta.

Los dos enviados han estado presionando a Riad para que alivie las restricciones marítimas y aéreas de la coalición en las zonas en poder de los houthis, que expulsaron al gobierno respaldado por Arabia Saudí de la capital, Saná, a finales de 2014, lo que llevó a la coalición a intervenir meses después.

También han instado a los Houthis a que pongan fin a una ofensiva en Marib, una ciudad productora de energía, el último bastión del gobierno reconocido internacionalmente en el norte de Yemen.

Un alto el fuego permanente ha resultado esquivo, ya que ambas partes se resisten a llegar a un compromiso. El conflicto se considera en gran medida una guerra por delegación entre Arabia Saudí e Irán.