La Unión Europea intenta ultimar un pilar clave de su agenda climática. Si los países de la UE y los legisladores la aprueban, la ley de energías renovables consagrará un objetivo vinculante para que la UE obtenga el 42,5% de su energía de fuentes renovables para 2030.

La aprobación de la ley por parte de los países se ha retrasado durante semanas, tras la tardía oposición de Francia y otros países que buscaban un trato más favorable para la energía nuclear en el proyecto de ley. La energía nuclear es baja en carbono, pero no renovable.

El grupo de Estados, muchos de ellos de Europa del Este y con intereses en la energía nuclear, también han expresado su preocupación por el destino del amoníaco producido a partir del hidrógeno según la normativa.

Suecia, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE y preside las negociaciones entre los países comunitarios, ha vuelto a incluir la ley en el orden del día de una reunión de embajadores de los países de la UE que se celebrará el miércoles, lo que indica su confianza en que ahora cuenta con el apoyo suficiente para ser aprobada.

Fuentes diplomáticas señalaron que las posiciones de algunos países no estaban claras. Se esperaba que Eslovaquia abandonara su anterior oposición y apoyara la versión final, lo que proporcionaría una mayoría suficientemente amplia para que la ley fuera aprobada.

"Podemos confirmar que se está debatiendo y que hay algunos movimientos. Por supuesto, a todos nos interesa que esto salga adelante, ya que necesitamos el acuerdo. Una zona de aterrizaje podría ser un considerando sobre el amoníaco, que nos ayudaría a movernos", declaró un funcionario eslovaco.

El preámbulo sobre el amoníaco podría ofrecer un resquicio limitado para el hidrógeno derivado de fuentes no renovables a la hora de calcular los objetivos de los países en materia de combustibles renovables, según se desprende de una versión preliminar.

"Algunas instalaciones específicas de producción integrada de amoníaco podrían necesitar una importante remodelación industrial para consumir mayores cuotas de hidrógeno producido por electrólisis", decía el borrador.

El hidrógeno producido en estas instalaciones podría excluirse de la línea de base utilizada para calcular los objetivos de los países en cuanto al uso de combustibles renovables, decía, y añadía que estas plantas de producción de amoníaco deberían contar con planes para alcanzar la neutralidad de carbono en 2035.