Michael Scannell, director general adjunto de la división de agricultura de la Comisión, dijo que los compradores de cereales deberían prepararse para unos precios más altos, dado que Rusia y Ucrania representan más del 30% del comercio mundial de trigo, el 32% de la cebada, el 17% del maíz y más del 50% de los aceites, semillas y harinas de girasol.

El bloque también importa cantidades significativas de piensos y fertilizantes de la región y sus propios productores de fertilizantes dependen de las importaciones de gas natural de Rusia.

"Las consecuencias de esta agresión rusa tendrán un gran impacto en nuestro sector agroalimentario y será doloroso", dijo Scannell a los legisladores de la UE antes de una reunión de emergencia de los ministros de Agricultura de la UE el miércoles, que se espera que se centre en la seguridad alimentaria.

El funcionario de la UE dijo a la comisión de agricultura del Parlamento Europeo que la atención se centraba en los puertos del Mar Negro, ya que éste era el punto de salida de la mayoría de las exportaciones de grano ucraniano. Ese comercio se había congelado esencialmente, añadió, con el golpe de la logística interna y el riesgo de interrupción de la temporada de siembra de maíz en verano.

"Esto plantea la posibilidad de que esta crisis continúe a medio plazo porque, obviamente, eso repercutirá en las cosechas de este año", dijo Scannell.

La Unión Europea realiza importantes exportaciones de carne de cerdo a Ucrania y tanto exportaciones como importaciones de aves de corral. De Rusia, la UE importa vinos, licores y productos de confitería.