Tres años después de que la UE de 27 países acordara restringir los visados a los países que se considere que no cooperan en la repatriación de su población, sólo Gambia ha sido castigada formalmente.

La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, propuso medidas similares con respecto a Iraq, Senegal y Bangladesh, aunque dos funcionarios de la UE afirmaron que la cooperación con Dhaka en materia de retorno de personas ha mejorado desde entonces.

Aún así, la tasa global de retornos efectivos de la UE se situó en el 21% en 2021, según los datos de Eurostat, los últimos disponibles.

"Es un nivel que los Estados miembros consideran inaceptablemente bajo", dijo uno de los funcionarios de la UE.

La inmigración es un tema políticamente muy delicado en el bloque, donde los países miembros preferirían debatir la intensificación de los retornos, así como la reducción de la inmigración irregular en primer lugar, antes que reavivar sus enconadas disputas sobre cómo repartirse la tarea de atender a quienes consiguen llegar a Europa y ganarse el derecho a quedarse.

"Establecer un sistema eficaz y común de la UE para los retornos es un pilar central de unos sistemas de migración y asilo que funcionen bien y sean creíbles", afirmó la Comisión en un documento de debate para los ministros, al que tuvo acceso Reuters.

Unas 160.000 personas lograron cruzar el Mediterráneo en 2022, según datos de la ONU, la principal ruta hacia Europa para las personas que huyen de las guerras y la pobreza en Oriente Próximo, África y el sudeste asiático. Además, también se registraron casi 8 millones de refugiados ucranianos en toda Europa.

Los ministros se reúnen dos semanas antes de que los 27 líderes nacionales de la UE se reúnan en Bruselas para debatir sobre la migración, y se espera que también hagan un llamamiento para expulsar a más personas.

"Es necesaria una acción rápida para garantizar retornos efectivos desde la Unión Europea a los países de origen utilizando como palanca todas las políticas relevantes de la UE", rezaba un borrador de su declaración conjunta, que también vio Reuters.

Sin embargo, dentro de la UE no hay suficientes recursos ni coordinación entre las distintas partes del gobierno para garantizar que cada persona sin derecho a quedarse sea efectivamente devuelta o deportada, según la Comisión.

"La insuficiente cooperación de los países de origen es un reto adicional", añadió, nombrando problemas como el reconocimiento y la expedición de documentos de identidad y de viaje.

Pero la presión de los responsables de migración para castigar a algunos terceros países con restricciones de visado ha chocado en el pasado con los propios ministros de Asuntos Exteriores y Desarrollo de la UE, o ha fracasado debido a las agendas contradictorias de varios países de la UE.

Por tanto, hasta ahora no ha habido mayoría suficiente entre los países de la UE para castigar a otro país aparte de Gambia, donde la gente ya no puede obtener visados de entrada múltiple al bloque y se enfrenta a una espera más larga.

Mientras que países de la UE como Austria y Hungría protestan enérgicamente contra la inmigración irregular, mayoritariamente musulmana, procedente de Oriente Próximo y el norte de África, Alemania se encuentra entre los que pretenden abrir su mercado laboral a los tan necesarios trabajadores de fuera del bloque.