La actividad manufacturera rusa creció a su mayor ritmo en 3 años y medio en septiembre, impulsada por el aumento de la producción, los nuevos pedidos y la demanda de los clientes, según mostró el lunes una encuesta empresarial, aunque las sanciones occidentales siguieron pesando sobre el negocio de las exportaciones.

El Índice Global de Gerentes de Compra (PMI) de S&P subió en septiembre a 52,0 desde 51,7 en el mes anterior, superando la marca de 50,0 que separa la expansión de la contracción hasta su punto más alto desde marzo de 2019.

"Sin embargo, la demanda de los clientes se centró en los clientes nacionales, ya que los nuevos pedidos de exportación disminuyeron considerablemente", dijo S&P Global en una encuesta mensual. "La disminución de la demanda de los clientes extranjeros se atribuyó a la pérdida de clientes y al impacto de las sanciones".

Estados Unidos y la Unión Europea prometieron la semana pasada imponer más sanciones a Moscú después de que Rusia organizara referendos en cuatro regiones ucranianas y declarara después que se las anexionaba.

Los gobiernos occidentales y Kiev dijeron que la medida constituía una violación del derecho internacional.

El empleo aumentó al ritmo más rápido desde enero, lo que las empresas atribuyeron a las mayores necesidades de producción y a un aumento de la entrada de nuevos pedidos.

No estaba claro hasta qué punto la orden de movilización parcial del presidente Vladimir Putin, dictada el 21 de septiembre, había pesado en las cifras de la mano de obra. Decenas de miles de hombres han sido reclutados por el ejército o han huido al extranjero desde entonces.

Lo mismo puede decirse del sentimiento sobre la producción futura, que subió en septiembre a su nivel más alto desde marzo de 2019.

"El mayor optimismo se debe, según se informa, al desarrollo de nuevos productos, a una mayor sustitución de importaciones y a la esperanza de un repunte de la demanda de los clientes", dijo S&P Global.