La mayoría de las muertes se produjeron en las dos principales ciudades, Lilongwe y Blantyre, donde los niños han vuelto recientemente a clase después de que las escuelas retrasaran su apertura para intentar contener la propagación.

Chiponda pidió a la población que tuviera especial cuidado al manipular los cadáveres de las víctimas del cólera antes de los funerales.

"Las personas que mueren de cólera pueden ser lavadas por sus familiares, que luego preparan banquetes funerarios... Los brotes de cólera suelen seguir a estos festines", dijo.

El ministro hizo un llamamiento a la población para que utilice procedimientos adecuados de descontaminación con cloro y bolsas de plástico para cadáveres.

El cólera azota regularmente el país del sur de África durante las lluvias de noviembre a marzo, pero hubo un aumento inusualmente alto de contaminaciones durante y después de la temporada festiva. La cifra anual habitual de muertos ronda el centenar.

"El acumulado de casos confirmados y muertes desde el inicio del brote es de 30.621 y 1.002, respectivamente, con una tasa de letalidad del 3,27%", declaró Chiponda.

Las autoridades sanitarias declararon la semana pasada que varias clínicas del país, que recibieron 2,7 millones de dosis de la vacuna contra el cólera en el marco de un programa de la OMS, se estaban quedando sin suministros.

El ministerio de Sanidad se negó a comentar la situación de las existencias de vacunas cuando Reuters se puso en contacto con él.