La mayor economía de la eurozona ha pasado apuros durante gran parte del año pasado, ya que los elevadísimos precios de la energía lastraron su vasto sector industrial, pero desde que los precios del gas volvieron a bajar se ha producido un modesto repunte, lo que ha impulsado las esperanzas de poder evitar una recesión.

"A la economía alemana le fue mejor en el primer trimestre de 2023 de lo que se esperaba hace un mes y es probable que la actividad haya vuelto a repuntar algo", declaró el Bundesbank. "La industria se recuperó con más fuerza de lo esperado".

El leve optimismo del Bundesbank es coherente con una serie de datos recientes de encuestas, que apuntan a una leve recuperación tras una contracción del 0,4% en el cuarto trimestre, aunque el crecimiento podría permanecer por debajo de la tendencia durante algún tiempo.

La caída de los precios del gas apoyó a las industrias intensivas en energía, mientras que los cuellos de botella en el suministro siguieron aliviándose, la demanda de automóviles repuntó y la construcción también recibió un impulso, aunque ello se debiera en parte a la suavidad del tiempo.

Los pedidos industriales también repuntaron recientemente, lo que puede sugerir que la demanda de bienes manufacturados ha superado su fondo cíclico, según el banco central.

El alto nivel de empleo también debería seguir apoyando el consumo, y es probable que el desempleo descienda ligeramente el mes que viene, añadió el banco.

Pero las perspectivas siguen siendo desiguales, ya que la inflación sigue pesando sobre el consumo y la inversión de las presiones subyacentes sobre los precios aún no se ha hecho sentir entre los consumidores.

Aun así, es probable que el crecimiento de los precios siga suavizándose e incluso si la inflación subyacente se mantiene elevada durante algún tiempo, la inflación de los servicios debería remitir lentamente, añadió el Bundesbank.