La economía filipina se expandió más rápidamente de lo previsto en 2021 y parece que se acelerará aún más este año, pero el impacto de un resurgimiento de los casos de COVID-19 sugiere que es improbable que el banco central comience a retirar el apoyo político por ahora.

El producto interior bruto del país del sudeste asiático aumentó un 7,7% en el trimestre de diciembre con respecto al año anterior, más rápido que la expansión del 6,9% del trimestre anterior y superando la previsión del 6,0% realizada en una encuesta de Reuters.

El robusto gasto de los consumidores antes de las fiestas navideñas contribuyó a que el crecimiento del PIB en todo el año fuera del 5,6%, superando el objetivo del gobierno del 5,0%-5,5% y después de una contracción récord del 9,6% en 2020 impulsada por los prolongados cierres de COVID-19.

"La puerta de la recuperación económica está ahora totalmente abierta", declaró en una sesión informativa el secretario de Planificación Socioeconómica, Karl Kendrick Chua, al tiempo que pronosticaba que el crecimiento se aceleraría este año. "Estamos en el camino correcto hacia una recuperación resistente".

El consumo de los hogares, que es el que más contribuye al crecimiento, aumentó un 7,5% en el cuarto trimestre con respecto a hace un año, frente a un incremento del 7,1% en el tercer trimestre, gracias a la relajación de los frenos a la movilidad.

Pero Chua dijo que la economía todavía se enfrenta a riesgos, en particular por las nuevas variantes del COVID-19 que puedan surgir y por las presiones inflacionistas impulsadas por el aumento de los precios del petróleo y de algunos alimentos.

El gobierno ha vuelto a imponer restricciones al coronavirus en la región de la capital y en varias provincias desde principios de año debido a un resurgimiento de las infecciones impulsado por la variante Omicron, más transmisible.

"Aunque la oleada de Omicron significa que es improbable que se repitan los buenos resultados de la economía en el cuarto trimestre, creemos que el crecimiento volverá a repuntar en poco tiempo", dijo Alex Holmes, economista de Capital Economics.

Sin embargo, la economía filipina seguirá en modo de recuperación este año, lo que hace necesario que la política monetaria siga siendo flexible, añadió.

El banco central filipino, que ha mantenido su tipo de interés clave en un mínimo histórico del 2,0% desde noviembre de 2020, ha prometido dar prioridad a la recuperación económica, indicando que no subirá los tipos de interés a corto plazo, a pesar de la amenaza de endurecimiento en Estados Unidos y otros países.

Filipinas se propone alcanzar unas tasas de crecimiento del PIB del 7,0%-9,0% para 2022 y del 6,0%-7,0% tanto para 2023 como para 2024, apostando por una aceleración de la vacunación que permita una mayor reapertura de la economía.

Aunque la economía puede sufrir un bache en el primer trimestre, "la dinámica del crecimiento sugiere que todavía es posible una recuperación decente" este año, dijo el economista de ING Nicholas Mapa, que señaló un impulso del gasto por las elecciones presidenciales previstas para mayo y ve al banco central preparándose para una posible reversión de la política para el segundo trimestre. (Redacción de Enrico Dela Cruz Edición de Ed Davies)