La subida mensual del índice de precios al consumo (IPC) se situó en el 7,8%, según informó el miércoles la agencia de estadística del país, muy por debajo de las estimaciones de los analistas de un aumento del 8,9% y por debajo del 8,4% registrado en abril, la mayor subida mensual en décadas.

La inflación anual, en su nivel más alto desde 1991, también se situó por debajo de la estimación de los analistas de Reuters de un aumento del 116,1%. Sigue siendo una de las tasas de inflación más rápidas del mundo y está muy por encima de los países vecinos.

Argentina lleva mucho tiempo luchando contra una inflación elevada, la debilidad de su moneda y el endeudamiento, pero los altos precios mundiales vinculados a la guerra de Ucrania y una sequía histórica han dificultado la capacidad del gobierno para frenar los precios y estabilizar la economía.

La rápida subida de los precios ha minado el poder adquisitivo y los ahorros, ha golpeado la popularidad del gobierno peronista entre los votantes antes de las elecciones generales de octubre y ha dejado en la pobreza a cerca de cuatro de cada 10 personas del país.

El banco central de Argentina se ha visto obligado a subir el tipo de interés de referencia al 97% en un intento de frenar la inflación y proteger la moneda, el peso, con una inflación que se mantiene alta incluso cuando Brasil, México y Chile han visto cómo los precios empezaban a enfriarse.

Una fuente del banco central dijo a Reuters el miércoles que una lectura de la inflación más lenta de lo esperado debería significar que la entidad puede evitar una nueva subida de tipos en su reunión semanal del jueves.