La suspensión de Jeune Afrique marca la última escalada de la represión contra los medios de comunicación franceses desde que el país de África Occidental cayó bajo un régimen militar el año pasado.

El comunicado acusaba a la publicación de intentar desacreditar a las fuerzas armadas y de manipular la información para "sembrar el caos" en el país, a raíz de dos artículos publicados en los últimos cuatro días.

Las relaciones entre Burkina Faso y su antiguo colonizador, Francia, se han agriado desde que las frustraciones por el empeoramiento de la inseguridad vinculada a una insurgencia yihadista provocaron dos tomas de poder militares el año pasado.

Estas tensiones han provocado la expulsión de funcionarios diplomáticos, incluido el embajador francés en el país, y han alimentado una reacción violenta contra los medios de comunicación extranjeros.

La junta ya ha suspendido a las emisoras financiadas con fondos franceses Radio France Internationale y France24 por dar supuestamente voz a los militantes islamistas que protagonizan una insurgencia en toda la región del Sahel, al sur del Sáhara.

El canal de televisión francés La Chaine Info, de la cadena privada TF1, fue suspendido durante tres meses en junio por emitir un reportaje sobre la insurgencia que "carecía de objetividad".

En abril, dos periodistas franceses que trabajaban para los periódicos Le Monde y Liberation fueron expulsados del país.