El banco central y el Ministerio de Finanzas de Gran Bretaña dijeron en noviembre que celebrarían una consulta este año sobre la conveniencia de avanzar en la creación de una moneda digital del banco central (CBDC) que se introduciría, como muy pronto, a partir de 2025.

Los bancos centrales de todo el mundo han intensificado los trabajos sobre las CBDC para evitar que el sector privado domine los pagos digitales a medida que disminuye el uso del efectivo. La perspectiva de que las criptomonedas emitidas por las grandes empresas tecnológicas sean ampliamente utilizadas también ha impulsado estos esfuerzos.

Pero una libra electrónica utilizada por los hogares y las empresas para los pagos cotidianos podría hacer que la gente trasladara el efectivo de las cuentas bancarias comerciales a los monederos digitales, según el informe de un comité de la Cámara de los Lores, la cámara alta no elegida del Parlamento.

Esto podría provocar inestabilidad financiera en tiempos de tensión económica y aumentar los costes de los préstamos, ya que se agotaría una fuente clave de financiación de los prestamistas, según el informe.

La libra digital también podría perjudicar la privacidad, añadía el informe, al permitir al banco central controlar el gasto.

"Nos preocupan mucho algunos de los riesgos que plantea la introducción de una CBDC", declaró a Reuters el presidente de la Comisión de Asuntos Económicos, Michael Forsyth.

Muchos beneficios para los consumidores podrían "conseguirse por medios alternativos con menos riesgos", dijo Forsyth, señalando la regulación como una herramienta mejor para alejar la amenaza de las criptomonedas emitidas por las grandes empresas tecnológicas.

Sin embargo, un CBDC mayorista utilizado para transferir grandes sumas podría hacer que el comercio y la liquidación de valores fueran más eficientes, según el informe. El banco central y el ministerio de finanzas de Gran Bretaña deberían consultar sobre sus ventajas con respecto a la expansión del sistema de liquidación existente, decía.

El Parlamento británico debería tener la última palabra sobre cualquier decisión de lanzar una libra electrónica, según el informe, que pide que los legisladores también voten sobre su gobernanza.

Una CBDC tendría "consecuencias de gran alcance para los hogares, las empresas y el sistema monetario", dijo Forsyth. "Es necesario que el Parlamento lo apruebe".