La oficina se creó en 2006 y ha sacado a la luz violaciones generalizadas de los derechos por parte del personal de seguridad, como torturas, detenciones ilegales y la incapacidad del Estado para procesar a los infractores.

La semana pasada, Uganda comunicó a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) que no renovaría el mandato de su oficina, expulsando de hecho a los observadores de derechos.

"Estamos en conversaciones con el gobierno de Uganda al más alto nivel para ver qué se puede hacer para continuar nuestro importante trabajo en el país", dijo la OACDH a Reuters en un correo electrónico.

"Se está programando una conversación entre el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, y el Presidente de la República de Uganda. La opinión del Alto Comisionado es que debe haber una presencia de la ONU para los Derechos Humanos en todas partes".

El gobierno dijo en una carta a la OACDH que la presencia de la ONU ya no era necesaria debido a los progresos que había realizado en el desarrollo de una capacidad nacional para supervisar el cumplimiento de los derechos humanos, incluida la aparición de una sociedad civil fuerte.