Rusia desplegó lo que la OTAN denominó su mayor fuerza militar en Bielorrusia desde el final de la Guerra Fría para realizar ejercicios conjuntos que comenzaron el 10 de febrero, como parte de una acumulación más amplia cerca de Ucrania que ha alimentado los temores de una guerra inminente.

Los ejercicios al norte de Ucrania debían terminar el domingo, pero en su lugar Minsk anunció que se prolongarían, citando un aumento de la actividad militar cerca de Bielorrusia y Rusia.

El lunes, el Ministerio de Defensa bielorruso adoptó una posición aún más dura, difundiendo en un comunicado las declaraciones del jefe del Estado Mayor de la ex república soviética.

"Las unidades de las Fuerzas Armadas rusas volverán a sus bases permanentes sólo cuando surja una necesidad objetiva para ello y cuando nosotros lo decidamos", se citó al jefe del ejército bielorruso, Viktor Gulevich.

"En no poca medida esto dependerá también de nuestros homólogos occidentales. Las fuerzas y equipos desplegados en la región de Europa del Este, incluso cerca de Bielorrusia... son uno de los factores que influyen en el desarrollo de la situación", dijo.

Dijo que Minsk consideraba que estaba en su derecho de exigir la retirada de las fuerzas estadounidenses y de los miembros de la OTAN de las cercanías de la frontera bielorrusa.

Bielorrusia limita con los miembros de la OTAN Polonia, Letonia y Lituania, así como con Ucrania al sur.