Por Philip Blenkinsop

ESTRASBURGO (Reuters) - Desde su despacho en un lejano edificio anexo, el legislador francés de derechas Jean-Paul Garraud tiene la vista puesta en un lugar mucho más cercano al corazón de la toma de decisiones del Parlamento Europeo.

El presidente de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) espera que los partidos nacionalistas y euroescépticos se impongan en las elecciones europeas del 6 al 9 de junio, lo que les daría una primera oportunidad de influir en Bruselas y Estrasburgo, si otros partidos de derecha y centro-derecha colaboran con ellos.

Las encuestas predicen que los partidos de ultraderecha subirán en toda la UE, incluidas Francia, Alemania e Italia, donde están en juego muchos escaños, ya que los votantes, frustrados por la crisis del coste de la vida y energética y la inmigración ilegal, y agitados por un panorama geopolítico cambiante, buscan alternativas más allá de los partidos mayoritarios.

"Estaremos en una posición diferente y no estaremos bloqueados... Podríamos tener puestos en las comisiones o un presidente o vicepresidente en el Parlamento Europeo", dijo Garraud a Reuters, anticipando una nueva influencia cuando la cámara considere asuntos cruciales para la extrema derecha.

"De lo que estoy seguro es de que tendremos mayoría en cierto número de votos", dijo Garraud, añadiendo que esto podría permitir a los bloques de partidos de extrema derecha suavizar las políticas verdes o las restricciones al libre comercio. "Y sobre todo, menos inmigración", dijo, destacando un tema crucial para la ultraderecha.

Los sondeos pronostican que los dos grupos de extrema derecha, Identidad y Democracia (ID), y Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), sumarán entre 30 y 50 escaños, para pasar del 18% actual al 22-25%.

El apoyo no se limita a una base tradicional de hombres mayores descontentos. Una reciente encuesta alemana mostraba que el 22% de los menores de 30 años votaría a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán). Y el presidente de Agrupación Nacional es Jordan Bardella, de 28 años, todo un símbolo en TikTok, la plataforma de vídeos cortos poco utilizada por los partidos tradicionales.

Muchos de los partidos son grandes usuarios de las redes sociales, que los grupos mayoritarios advierten bombardearán con mentiras a los votantes de la UE.

En el puerto francés de Dunkerque, durante mucho tiempo bastión de la izquierda, algunos padres se preocupan por los mensajes a los que están expuestos los jóvenes.

Jean-François Engrand, de 53 años, dice que sus dos hijastros se vieron tentados a votar a RN por mensajes sobre extranjeros que reciben dinero a cambio de nada. "Da miedo. Les bombardean. No comprueban la información que reciben en sus teléfonos", dijo.

LA DERECHA DURA SE QUEDA FUERA

Corina Stratulat, directora asociada del laboratorio de ideas European Policy Centre, dijo que los partidos radicales y populistas estaban llenando un vacío cada vez mayor en el debate popular y entre los votantes desconfiados en una "era de crisis permanente", desde la pandemia a la guerra en Ucrania y las subidas de los precios de la energía.

Los esfuerzos para hacerle frente han sido en vano. El partido del presidente francés, Emmanuel Macron, obtiene un 16% en las encuestas, la mitad que RN. Los críticos dicen que su énfasis en la inmigración y la delincuencia ha ayudado a la derecha y alejado a los votantes de izquierda.

Las políticas verdes, anunciadas en 2019 tras las huelgas escolares por el clima, también se han convertido en un objetivo de la derecha.

"La gente es consciente de que el acuerdo verde puede escocer y de que los próximos cinco años serán cruciales para su implementación", dijo Armida van Rij, investigadora senior de Chatham House.

El Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, los socialdemócratas y los liberales centristas han dejado fuera hasta ahora a la extrema derecha, repartiéndose los altos cargos de la UE y forjando consensos políticos. Se espera que tengan mayoría, aunque reducida, tras la votación de 2024.

Nicola Procaccini, copresidente del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), ve como modelo el Gobierno italiano, formado por los Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, la ultraderechista Lega y la centroderechista Forza Italia.

"Creo que este es el camino a seguir", afirma, señalando una situación en la que la derecha dura tendría mucho más peso en la política y en el personal de la Comisión Europea.

¿VÍNCULOS CON CHINA Y RUSIA?

El PPE, que probablemente seguirá siendo el mayor grupo del Parlamento, ha descartado trabajar con la AfD. El presidente del grupo en la Eurocámara, Manfred Weber, dijo que explicaría a los votantes que su verdadera naturaleza es ser "embajadores de Putin y de Xi".

Garraud dijo que las acusaciones de que su partido y aliados de ID, como la AfD, eran prorrusos o aceptaban dinero, no eran más que esfuerzos de sus rivales por demonizar a la derecha.

El mes pasado un ayudante del principal candidato de la AfD fue detenido y acusado de espiar para China, y se denunció que el número dos del partido había recibido dinero de un sitio web vinculado al Kremlin, acusación que él niega.

El mensaje sobre la injerencia extranjera está empezando a resonar, con una encuesta alemana que muestra que el 75% de los encuestados lo ven como un peligro. Desde entonces, el apoyo a la AfD ha descendido ligeramente.

En la presentación de la campaña electoral de la AfD en Donaueschingen, varios de los cerca de 500 asistentes estaban seguros de que la detención se había producido para perjudicar las posibilidades del partido. En el rincón acomodado del suroeste de Alemania, muchos simpatizantes arremetieron contra la corriente dominante, que había apoyado los cierres del COVID-19 y la legislación de mascarillas obligatorias.

"Fue la pandemia de coronavirus lo que me radicalizó", dijo Justus, un ingeniero de producción de veintipocos años, con barba bien recortada, que llegó con amigos igualmente elegantes en un BMW descapotable.

La investigadora Van Rij dijo que era importante distinguir entre ID --que agrupa a la AfD y a Agrupación Nacional-- y el ECR --en general menos radical-- que probablemente será dirigido por Meloni, y cuyo apoyo podría necesitar la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para asegurarse un segundo mandato.

"El ECR podría tener un mayor impacto", afirmó.

Stratulat dijo que el PPE desempeñaría un papel central. Podría aliarse con la extrema derecha en algunas cuestiones, como la inmigración, o simplemente desplazarse hacia la derecha, por ejemplo en relación con las medidas ecológicas.

Los Verdes afirman que el futuro de las políticas ecológicas y la seguridad europea serán temas electorales vitales.

"¿Quieren la influencia rusa y china y el debilitamiento de Europa? Para ellos, una Europa fuerte es el mayor peligro. Así que quieren debilitar a Europa. Y seamos sinceros, la extrema derecha debilitará a Europa", argumentó Bas Eickhout, colíder de los Verdes.

(Información de Philip Blenkinsop; información adicional de Michel Rose en Dunkerque, Thomas Escritt en Donaueschingen; editado por Alexandra Hudson; editado en español por Javi West Larrañaga)