La zona euro registró un superávit corriente ajustado de 13.600 millones de euros tras un déficit de 500 millones un mes antes, sobre todo probablemente porque la moderación de los precios de la energía redujo el coste de las importaciones.

La zona euro tuvo grandes superávits por cuenta corriente durante años, pero un aumento de los costes energéticos el año pasado la empujó a un déficit poco frecuente, aunque ahora esa tendencia parece haber vuelto a los superávits mensuales.