El índice Dax alemán bajaba más de un 1,3% a última hora de la mañana, y el Stoxx 600 paneuropeo se desplomaba alrededor de un 1%.

Las caídas se produjeron tras dos grandes advertencias.

La víspera, el Banco Mundial advirtió de una recesión mundial mientras los bancos centrales suben los tipos para luchar contra la inflación.

El Fondo Monetario Internacional dijo que también esperaba una desaceleración.

Otras noticias se sumaron al nerviosismo del viernes.

Las empresas de correos y logística cayeron después de que su homóloga estadounidense FedEx retirara sus previsiones y advirtiera de la disminución de la demanda mundial.

Deutsche Post cayó alrededor de un 5%, mientras que la británica Royal Mail bajó hasta un 12%.

En el Reino Unido, las cifras de ventas minoristas cayeron mucho más de lo esperado en agosto, lo que aumentó las apuestas de recesión en ese país.

Sin embargo, a primera hora del día, los datos chinos superaron las previsiones.

Tanto la producción de las fábricas como las ventas al por menor obtuvieron un resultado mejor de lo esperado en agosto.

Pero las acciones siguieron cayendo, ya que otros datos apuntaban a una crisis cada vez más profunda en el mercado inmobiliario del país.

El índice compuesto de Shanghai terminó la jornada con una caída de más del 2%.