China importó 10,56 millones de toneladas de soja en diciembre, la cifra más alta para un mes desde junio de 2021, tras varios meses de llegadas por debajo de lo esperado que habían llevado los precios de la harina de soja a niveles récord.

China compra soja para molerla y convertirla en harina de soja para alimentación animal y aceite para cocinar.

Sin embargo, las importaciones totales para 2022 fueron un 5,6% inferiores a las del año anterior, con 91,08 millones de toneladas, según mostraron también los datos de la Administración General de Aduanas.

La agencia aduanera publicó los datos en su página web poco después de las 02.00 GMT, pero más tarde la información había desaparecido del sitio.

El descenso de las llegadas en 2022, el segundo anual, se produce después de un año turbulento para el comercio, en el que el aumento de los precios mundiales y los problemas logísticos han frenado las importaciones chinas.

El debilitamiento del consumo de piensos animales también ha afectado a la demanda de harina de soja. Rabobank prevé que el consumo de piensos en 2022 se contraiga un 1% respecto al año anterior debido al descenso de la cabaña porcina y avícola.

Los márgenes de trituración en China han sido negativos desde mediados de diciembre debido a los altos precios mundiales y a la débil demanda de harina de soja antes de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que comienza el 21 de enero.

Se espera que unas existencias de harina de soja históricamente bajas respalden una demanda de soja más fuerte en 2023, según los comerciantes y analistas, y se considera que la reapertura de China tras tres años de una estricta política de cero COVID impulsará la demanda de carne.