La anterior protesta, convocada el lunes por el líder de la oposición Raila Odinga contra el alto coste de la vida y el supuesto fraude en las elecciones del año pasado, descendió a aparentes ataques de ambos bandos y suscitó las súplicas de calma de los líderes cívicos.

A primera hora de la tarde, las protestas del jueves eran menos intensas en la capital, Nairobi, que los dos días anteriores de manifestaciones, pero a media tarde parecían recrudecerse.

En Mathare, un asentamiento de bajos ingresos de Nairobi, los manifestantes utilizaron catapultas improvisadas para lanzar piedras contra la policía que llevaba equipo antidisturbios, según mostraron imágenes de la televisión keniana.

Odinga recorrió otros barrios de Nairobi en un convoy con otros líderes de la oposición, mientras cientos de simpatizantes marchaban a su lado agitando ramitas, cacerolas y cucharas de madera.

La procesión fue en su mayor parte pacífica, dijo un reportero de Reuters que la seguía, pero algunos partidarios lanzaron piedras contra una comisaría de policía a su paso, lo que llevó a los agentes a disparar gases lacrimógenos.

TEMORES DE VIOLENCIA ÉTNICA

El lunes, una iglesia y una mezquita fueron incendiadas en el barrio de bajos ingresos de Kibera, en Nairobi, y propiedades de la familia de Odinga y del ex presidente Uhuru Kenyatta, que apoyó a Odinga en las elecciones, fueron objeto de actos de vandalismo.

Líderes religiosos y de derechos humanos advirtieron tras las elecciones contra el tipo de enfrentamientos étnicos que mataron a más de 1.000 personas tras las disputadas elecciones de 2007.

El ministro del Interior, Kithure Kindiki, se hizo eco de esas preocupaciones en una declaración el miércoles, refiriéndose a los "incendios provocados por motivos étnicos" en Kibera.

"Debemos detener el descenso", afirmó, prometiendo que no se tolerarían más protestas violentas.

Odinga ha convocado protestas todos los lunes y jueves.

También hubo manifestaciones el jueves en la ciudad occidental de Kisumu, cerca de la casa ancestral de Odinga, donde las multitudes gritaban "Baba", un apodo de Odinga, mientras marchaban.

En la ciudad de Siaya, a unos 75 km (45 millas) de distancia, las oficinas del partido de Ruto, la Alianza Democrática Unida (UDA), fueron incendiadas, dijo Cleophas Malala, secretario general de la UDA.

Los dos bandos intercambiaron culpas.

"Raila Odinga es quien ha quemado esa oficina", dijo Malala.

Dennis Onyango, portavoz de Odinga, replicó que Malala incurría en un "perfil étnico" al suponer que los atacantes eran partidarios de Odinga por pertenecer al mismo grupo étnico que él.

El comandante de la policía del condado de Siaya, Michael Nyaga, declinó hacer comentarios sobre el incidente. La portavoz de la policía nacional, Resila Onyango, dijo que haría comentarios más tarde.

El gobierno dijo el miércoles que dos civiles habían muerto y más de 130 personas habían resultado heridas, entre ellas 51 policías, en las protestas que tuvieron lugar los dos lunes anteriores.

Odinga, que se ha presentado cinco veces a la presidencia, impugnó la victoria de Ruto en las elecciones del pasado agosto, pero el Tribunal Supremo confirmó el resultado en una decisión unánime.