VILNA, 25 abr (Reuters) - El Parlamento de Lituania aprobó el martes una ley que permite a los guardias fronterizos devolver a los migrantes que crucen irregularmente su frontera, desechando las preocupaciones de las organizaciones de derechos humanos.

Lituania, Polonia y Letonia han informado de un fuerte aumento desde 2021 de migrantes procedentes de países como Irak y Afganistán que intentan cruzar sus fronteras desde Bielorrusia. Según estos países y Bruselas, se trata de una forma de guerra híbrida diseñada para presionar a la Unión Europea por las sanciones que impuso a Minsk.

Los guardias fronterizos lituanos ya han estado haciendo retroceder a los migrantes, basándose en una normativa gubernamental de agosto de 2021, que ahora ha sido votada como ley.

"En este contexto geopolítico, no tenemos alternativa: debemos protegernos y necesitamos herramientas para ello", declaró ante el Parlamento la ministra del Interior, Agne Bilotaite.

La legislación incluye disposiciones en virtud de las cuales los migrantes que sean sorprendidos entrando irregularmente pueden ser devueltos por decisión del jefe de la guardia de fronteras local, sin posibilidad de recurso.

Según el derecho internacional, los migrantes tienen derecho a solicitar asilo y está prohibido devolver a potenciales solicitantes de asilo a lugares donde su vida o su bienestar puedan correr peligro.

Críticos como Amnistía Internacional afirman que la ley corre el riesgo de negar el asilo a personas que necesitan protección.

Dunja Mijatovic, comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, dijo en un comunicado: "He recibido informes preocupantes y constantes sobre pautas de violencia y otras violaciones de derechos humanos cometidas contra migrantes, también en el contexto de las devoluciones en la frontera de Lituania con Bielorrusia".

Según la organización local de defensa de los derechos de los migrantes Siena, las devoluciones están fomentando las redes delictivas que transportan clandestinamente a migrantes.

Lituania ha levantado una valla de 4 metros a lo largo de 550 kilómetros de sus 690 kilómetros de frontera con Bielorrusia, coronada con alambre de espino. Casi 900 migrantes entraron y fueron rechazados este año, muchos de ellos tras cortar la valla, dijo un portavoz de la guardia de fronteras.

(Información de Andrius Sytas en Vilnius; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)