"Aunque ha habido mejoras desde la primera evaluación del BCE a finales de 2020, ningún banco cumple plenamente las expectativas de supervisión", dijo el banco en un comunicado.

"La regulación de la divulgación de los riesgos climáticos y medioambientales será más estricta en los próximos años, ya que los participantes en el mercado y el público esperan cada vez más información", dijo. "Por lo tanto, los bancos deben ajustar sus prácticas sin demora".