Texas, Indiana, el Estado de Washington y el Distrito de Columbia acusan al gigante tecnológico de invadir la privacidad de los usuarios.
La demanda bipartita acusa a Google de hacer creer falsamente a los clientes que cambiar la configuración de su cuenta y de su dispositivo les permitiría proteger su privacidad.
Pero en lugar de eso, la demanda alega que Google sigue vigilando sistemáticamente a sus clientes y se beneficia de sus datos.
Google se ha apresurado a responder.
Su portavoz, José Castañeda, dijo que el caso se basaba en "reclamaciones inexactas y afirmaciones obsoletas".
Añadió que "siempre hemos incorporado funciones de privacidad en nuestros productos y hemos proporcionado sólidos controles para los datos de localización. Nos defenderemos enérgicamente y aclararemos las cosas".
El estado de Arizona presentó un caso similar contra Google en 2020.
Alegaba que la empresa estadounidense utilizaba prácticas "engañosas" y "desleales" para obtener los datos de localización de los usuarios.
Esa demanda está pendiente.