"Los comerciantes han encontrado nuevos puntos focales: Estados Unidos, Sudáfrica y Colombia", afirmó la asociación industrial VDKi en un comunicado.

Entre enero y octubre de 2022, Rusia seguía representando un destacado 34% de los volúmenes de hulla importados por Alemania, según mostraron los datos presentados por VDKi. Ello reflejaba el papel de Rusia como principal proveedor antes de que la UE introdujera una prohibición a las importaciones de carbón ruso el pasado agosto en medio de las sanciones impuestas tras la invasión rusa de Ucrania.

Estados Unidos representó el 20% de las importaciones en el periodo de 10 meses, seguido del 15% de Colombia, el 14% de Australia y el 7% de Sudáfrica, mostraron los datos.

Cuando se impuso la prohibición de la UE a Rusia, existía la preocupación de cómo le iría al bloque ante la disminución de los suministros de gas ruso, lo que hacía temer las consiguientes crisis de calor y electricidad, sobre todo en invierno.

Hasta ahora, sin embargo, esas preocupaciones han resultado infundadas.

La quema de carbón se aceleró para ayudar a paliar la posible escasez de gas en la industria y la generación de electricidad, entre otras medidas, y el invierno ha sido suave hasta ahora.

Ahora es necesario que el carbón se reconozca como una opción de reserva para los próximos años, no sólo para uno o dos inviernos, afirmó el presidente de la VDKi, Alexander Bethe.

Esto era necesario para asegurar a las empresas de logística que hacían bien en reactivar los planes de inversión aparcados antes de la guerra de Ucrania, cuando se preveía una transición más rápida a las energías renovables.

"No hay forma de evitar el carbón como pilar del suministro energético", afirmó Bethe.

Las importaciones de hulla en Alemania ascendieron el año pasado a 43 millones de toneladas, un 4,7% más que las registradas en 2021, según mostraron también los datos preliminares de la VDKi.

Del total, 30 millones de toneladas fueron de carbón de vapor para centrales eléctricas, un 11,7% más interanual, y 11 millones de toneladas de carbón de coque para la siderurgia, un 7,3% menos.

El resto, 2 millones, fue coque, otro componente de la siderurgia, con un descenso del 15% respecto a 2021.