Esta semana, Brenntag, fundada en 1874 en Berlín en torno a un negocio de huevos, se ha convertido en el último objetivo de los inversores, que han pedido que el distribuidor químico escinda su unidad de especialidades. Antes, Bayer, Fresenius y ThyssenKrupp se encontraban en una situación similar. 
 
Este repunte del activismo de los accionistas podría obligar a las empresas a plantearse importantes reorganizaciones y escisiones, afirman ejecutivos e inversores. Tras una pausa el año pasado atribuida a la crisis energética desencadenada por la guerra de Ucrania, el activismo de los accionistas vuelve con toda su fuerza. 
 
Lawrence Elbaum, codirector del departamento de activismo accionarial del bufete de abogados Vinson & Elkins, afirma que los inversores buscan estrategias que aumenten el valor y no requieran mucha financiación en un mercado difícil. Deka Investment, que posee participaciones en la mayoría de las grandes empresas alemanas, ha denunciado en repetidas ocasiones las deficiencias estructurales de las empresas alemanas. Su responsable de sostenibilidad y gobierno corporativo, Ingo Speich, dijo que espera que el activismo repunte en 2023, apoyado por la baja valoración de las empresas alemanas en comparación con EE.UU., y un panorama de activismo que no es particularmente grande.
 
El índice DAX 30, de referencia en Alemania, ha sido el que peor se ha comportado de los principales mercados bursátiles europeos en el último año. Su relación precio/beneficio (PE) de 14,6 lo sitúa muy por detrás del PE de 20,9 que registra el índice estadounidense S&P 500.
 
Con su larga historia, muchas de las mayores empresas alemanas han acumulado negocios que ya no tiene sentido reunir bajo un mismo techo, dijo Speich. "No somos fanáticos de las pure-play y tampoco de los conglomerados. Pero cuando una empresa está infravalorada, hay una razón para ello", afirmó.
El ejemplo de Siemens
 
Estados Unidos tiene un historial mucho más rico de escisiones empresariales. Algunos ejemplos recientes son Johnson & Johnson, General Electric y 3M Company. Joe Kaeser, Presidente del Consejo de Supervisión de Siemens Energy, explicó que Estados Unidos está mucho más avanzado y tiene más éxito en el ámbito del activismo de los accionistas. "Una estructura más esbelta puede aprovechar la energía sin explotar y cristalizar el valor oculto, especialmente en un entorno complejo con condiciones de mercado difíciles", declaró a Reuters.
 
Los problemas de gestión y gobernanza siguen abundando en Alemania, lo que crea oportunidades para los activistas, según Kaeser. Según Kaeser, la actitud de "amigos y familia" en los consejos de administración alemanes hace que haya menos conciencia de la que están acostumbradas las empresas.
 
Como consejero delegado del conglomerado Siemens AG de 2013 a 2021, Joe Kaeser dirigió una de las escisiones empresariales más exitosas de Alemania. Cotizó por separado Siemens Energy y Siemens Healthineers, y fusionó la unidad de energía eólica de Siemens con la española Gamesa. Un ejemplo de reorganización que podría inspirar a otras empresas alemanas que se enfrentan a presiones similares.
 
Sin embargo, los problemas de gestión y gobernanza siguen siendo habituales en Alemania, lo que crea oportunidades para los activistas, según Kaeser. Según Kaeser, en los consejos de administración alemanes existe cierta actitud de "amigos y familia", lo que significa que hay menos conciencia de que las empresas pertenecen a sus accionistas que en otros lugares.
 
Los resultados de Siemens han sido impresionantes para los accionistas. El gestor de activos alemán Flossbach von Storch declaró el mes pasado que Siemens había creado unos 126.000 millones de euros de valor desde 2003, definidos por dividendos, recompra de acciones y evolución del precio de las acciones. Se trata de la mayor creación de valor de todas las empresas alemanas que cotizan en bolsa.
 
Pero, a pesar de los éxitos de Siemens, no hay garantías de que la contracción vaya a desbloquear valor. Según el estudio, el conglomerado ThyssenKrupp, que lleva años deshaciéndose de activos, es uno de los mayores destructores de valor. Los resultados del activismo accionarial dependerán, por tanto, de lo bien que se apliquen los planes de reestructuración, así como de la situación económica general.