Los inversores invirtieron 88.800 millones de dólares en efectivo, dijo BofA, citando datos de EPFR, y vendieron 18.300 millones de dólares en bonos -el ritmo semanal más rápido en cuatro meses-, y la mayor parte de la venta comprendió bonos con grado de inversión.
El indicador "Bull & Bear" de BofA, que trata de seguir las tendencias del mercado, se mantuvo sin cambios en el nivel "extremadamente bajista", citándose como motivo las fuertes salidas de bonos de esta semana.
Los inversores también se deshicieron de las acciones, y los fondos de renta variable registraron salidas semanales de 3.300 millones de dólares. Se reanudaron las salidas de acciones estadounidenses, mientras que la renta variable europea concluyó su 34ª semana de salidas, la racha más larga desde 2016.
Los fondos de renta variable de los mercados emergentes registraron entradas de 700 millones de dólares, la cuarta semana consecutiva. Mientras tanto, los inversores vendieron 4.400 millones de dólares en deuda de mercados emergentes, la sexta salida semanal consecutiva.
Las acciones mundiales han subido esta semana, y el índice S&P 500 ha subido alrededor de un 4,4%. Las acciones europeas subieron alrededor de un 0,2% el viernes, a la espera de los datos de las nóminas no agrícolas de EE.UU. que se publicarán más tarde y que podrían arrojar luz sobre cuánto más pueden subir los tipos de interés en EE.UU.
A pesar de la reciente subida de las acciones, los analistas de BofA siguen siendo pesimistas, y ven que los activos de riesgo se dirigirán a nuevos mínimos en octubre si el Banco de Japón no puede evitar nuevos máximos en el dólar-yen y el Banco de Inglaterra no puede evitar nuevos máximos en los rendimientos de los gilts del Reino Unido, escribieron en una nota. (Información de Lucy Raitano; edición de Mark Heinrich y Mark Potter)
