Saied anunció de la noche a la mañana que disolvía el Consejo Judicial Supremo, uno de los pocos organismos estatales que aún pueden actuar con independencia de él, la última de una serie de medidas que sus oponentes califican de golpe de Estado https://www.reuters.com/world/africa/economic-pain-threatens-social-political-chaos-tunisia-2022-02-02.

En julio suspendió repentinamente el Parlamento, destituyó al primer ministro y dijo que podía gobernar por decreto, y desde entonces ha afirmado que reescribirá la Constitución democrática de 2014 antes de someterla a referéndum público.

Saied ha prometido defender los derechos y libertades conquistados en la revolución de 2011 que introdujo la democracia, pero sus críticos afirman que se apoya cada vez más en las fuerzas de seguridad y temen que adopte una postura más dura contra la disidencia.

Sin embargo, los graves problemas económicos de Túnez y una inminente crisis de las finanzas públicas corren el riesgo de socavar el plan declarado de Saied de restablecer la revolución de 2011 con una nueva constitución, lo que aumenta la posibilidad de disturbios públicos.

Saied lleva meses polemizando con el poder judicial, criticando sus decisiones, acusándolo de corrupción y afirmando que ha sido infiltrado por sus enemigos políticos.

El presidente del Consejo Judicial Supremo, Youssef Bouzakher, declaró a primera hora del domingo que su disolución era ilegal y que suponía un intento de poner a los jueces bajo la instrucción presidencial.

"Los jueces no permanecerán en silencio", advirtió.

Más tarde, otras dos organizaciones judiciales condenaron la medida por inconstitucional. La Asociación de Jóvenes Magistrados dijo que formaba parte de una purga política de la judicatura y la Asociación de Jueces afirmó que Saied estaba intentando amasar todos los poderes en sus propias manos.

Saied, profesor de derecho constitucional antes de presentarse a la presidencia en 2019, está casado con una juez y ha dicho en repetidas ocasiones que el poder judicial debe recordar que representa una función del Estado en lugar de ser el Estado mismo.

En enero, revocó los privilegios financieros de los miembros del consejo, acusando al órgano independiente creado en 2016 de nombrar a los jueces para sus cargos basándose en la lealtad a sus dirigentes.

"Su lugar no está donde se sientan ahora, sino donde están los acusados", dijo Saied de los miembros del consejo en su discurso nocturno, pronunciado desde el edificio del Ministerio del Interior, que supervisa las fuerzas de seguridad de Túnez.

Saied había convocado a sus partidarios a protestar contra el consejo el domingo, pero sólo acudieron unos cientos de personas. Algunos sostenían una pancarta que decía "El pueblo quiere limpiar el poder judicial".

Varios de los principales partidos del Parlamento suspendido, incluido el islamista moderado Ennahda, que ha formado parte de sucesivos gobiernos desde 2011, acusan a Saied de golpe de Estado.

El líder de Ennahda, Rached Ghannouchi, que también es el presidente del parlamento suspendido, dijo en un comunicado el domingo que el órgano rechazaba la decisión de Saied de disolver el consejo y expresó su solidaridad con los jueces.

Otros tres partidos, Attayar, Joumhouri y Ettakatol, emitieron una declaración conjunta rechazando la medida.