México es el primer productor mundial de plata y uno de los mayores de cobre y oro. Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo a finales de 2018, se ha negado a ofrecer nuevas concesiones mineras, argumentando que los gobiernos anteriores habían otorgado demasiadas.

El jefe de la cámara minera de México dijo la semana pasada que la revisión propuesta de las leyes mineras del país podría costarle al país unos 9.000 millones de dólares en inversiones perdidas en los próximos años y hasta 420.000 empleos directos.

El viernes se llevó a cabo una votación para avanzar la revisión al senado con 251 a favor y 209 en contra, tras un proceso de vía rápida.

Las reformas obligarían a las mineras a devolver al menos el 10% de los beneficios a las comunidades y a revelar los impactos de sus operaciones.

El año pasado, el presidente defendió la nacionalización de la naciente industria del litio del país, favoreciendo que un productor estatal de nueva creación extrajera el codiciado metal para baterías, en otra medida que los analistas del sector minero consideran que merma el apetito de los inversores.