Los legisladores ofrecen un crédito SAF de entre 1,25 y 1,75 dólares por galón, dependiendo de la materia prima utilizada, como parte de un proyecto de ley fiscal y climática que pretende reducir las emisiones de carbono de Estados Unidos en aproximadamente un 40% para 2030 y recortar el déficit presupuestario federal en 300.000 millones de dólares.

Se espera que el proyecto de ley sea aprobado por el Senado y pase a la Cámara de Representantes con el crédito SAF incluido la próxima semana. Los demócratas controlan la Cámara y se espera su aprobación con el crédito.

Los minoristas de combustible temen que el crédito desplace el aceite vegetal y otras materias primas renovables hacia la aviación, dejando menos cantidad para los productores de combustible que fabrican diésel renovable.

La Asociación Nacional de Operadores de Paradas de Camiones (NATSO) y SIGMA, una asociación de comercializadores de combustible, instan a los legisladores a que se opongan a la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 a menos que proporcione una paridad fiscal entre el crédito fiscal al biodiésel (BTC) y el crédito fiscal SAF propuesto.

Un estudio de 2021 de LMC International, una consultora de marketing agrícola, descubrió que la producción de SAF es menos eficiente para reducir las emisiones de carbono que el diésel renovable, ya que se requiere más materia prima por cada galón de producción.

"El SAF no puede competir con otros combustibles renovables desde el punto de vista medioambiental", dijo David Fialkov, vicepresidente ejecutivo de asuntos gubernamentales de NATSO.

Otros defensores del medio ambiente han argumentado que todos los biocombustibles que desvían las materias primas basadas en lípidos, como las grasas animales y los aceites de cocina usados, de los mercados existentes, presentan importantes problemas de sostenibilidad.

"El aumento del suministro mundial de aceites vegetales, directa o indirectamente, se produce necesariamente a costa de los bosques y otras tierras naturales", según los investigadores del Consejo Internacional de Transporte Limpio en un informe de agosto.

Las aerolíneas han dicho a los inversores que utilizarán cada vez más combustible de aviación sostenible fabricado con aceite vegetal y otras materias primas bajas en carbono, en un intento de descarbonizar el transporte aéreo. Debido a su escasa rentabilidad, este combustible sólo representa el 0,5% del parque actual de combustible para aviones.

La aviación representa el 3% de las emisiones de carbono del mundo, y se considera uno de los ámbitos más difíciles de reducir debido a la falta de tecnologías alternativas.

Sin embargo, la Casa Blanca se ha comprometido a reducir las emisiones de la aviación en un 20% para 2030, con el objetivo de aumentar la producción de SAF a 3.000 millones de galones al año para 2030, y de satisfacer el 100% de la demanda de combustible para la aviación, que es de unos 35.000 millones de galones al año para 2050.