La entrada de pedidos en el sector alemán de la construcción cayó un 7,4% en noviembre respecto a octubre, según mostraron los datos el jueves, la última mala señal para el maltrecho sector inmobiliario del país, que sufre su peor crisis en décadas.

Los datos de la oficina de estadística alemana correspondientes a finales del año pasado sientan las bases para las previsiones de los economistas sobre un difícil 2024 y las advertencias reforzadas de esta semana de los reguladores sobre la salud del sector inmobiliario.

La caída del 7,4%, que ajusta los efectos del calendario y estacionales, se compara con una caída del 2,7% para el mes en 2022.

Durante años, el sector inmobiliario en Alemania y en el resto de Europa estuvo en auge, ya que los tipos de interés eran bajos y la demanda fuerte. Pero una rápida subida de los tipos y los costes puso fin al auge, empujando a algunos promotores a la insolvencia al agotarse la financiación bancaria y congelarse los acuerdos.

La construcción residencial descendió un 7,2% en el mes, según mostraron los datos, una mala noticia para el gobierno, que no ha cumplido su objetivo de construir 400.000 apartamentos al año.

En reacción a los datos, Felix Pakleppa, director ejecutivo de la asociación industrial ZDB, que representa a 35.000 empresas constructoras, calificó la construcción residencial de "niño problemático" del sector de la construcción.