Los datos de la oficina de estadística alemana correspondientes a finales del año pasado sientan las bases para las previsiones de los economistas sobre un difícil 2024 y las advertencias reforzadas de esta semana de los reguladores sobre la salud del sector inmobiliario.
La caída del 7,4%, que ajusta los efectos del calendario y estacionales, se compara con una caída del 2,7% para el mes en 2022.
Durante años, el sector inmobiliario en Alemania y en el resto de Europa estuvo en auge, ya que los tipos de interés eran bajos y la demanda fuerte. Pero una rápida subida de los tipos y los costes puso fin al auge, empujando a algunos promotores a la insolvencia al agotarse la financiación bancaria y congelarse los acuerdos.
La construcción residencial descendió un 7,2% en el mes, según mostraron los datos, una mala noticia para el gobierno, que no ha cumplido su objetivo de construir 400.000 apartamentos al año.
En reacción a los datos, Felix Pakleppa, director ejecutivo de la asociación industrial ZDB, que representa a 35.000 empresas constructoras, calificó la construcción residencial de "niño problemático" del sector de la construcción.