La Comisión Europea propuso la semana pasada un paquete de medidas de emergencia para frenar los precios de la energía, que incluye gravámenes sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas para que los gobiernos los reciclen para amortiguar a las empresas y a los ciudadanos de las facturas de energía por las nubes este invierno.

Los diplomáticos de los países de la UE están negociando las propuestas y tratando de encontrar acuerdos que todos estén dispuestos a aprobar en una reunión de los ministros de energía de la UE el 30 de septiembre.

Un borrador del último documento de negociación de los países, visto por Reuters, permitiría a los países someter las plantas de carbón a un tope previsto por la UE para los ingresos de los generadores de energía.

"Los Estados miembros pueden permitir que la autoridad reguladora mantenga o fije un tope específico a los ingresos de mercado obtenidos por la venta de electricidad producida a partir de hulla", decía el borrador, que aún podría cambiar antes de la reunión del 30 de septiembre.

La Comisión había propuesto un tope de 180 euros (179,64 dólares) por megavatio/hora para los ingresos obtenidos por los generadores de electricidad con los costes de funcionamiento más baratos -incluidas las centrales eólicas, solares y nucleares-, ya que esas centrales pueden obtener los mayores márgenes de beneficio gracias a la subida de los precios de la electricidad.

Las centrales de carbón quedaron fuera porque la Comisión dijo que sus costes de funcionamiento eran superiores a 180eur/MWh, por lo que el tope de ingresos podría hacerlas antieconómicas.

Pero los países de la UE planean sortear esta situación limitando los ingresos de las centrales de carbón a un nivel más alto si sus costes de funcionamiento superan los 180eur/MWh, según el documento redactado por la República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la UE.

Los países también podrían imponer un tope de ingresos más alto a otras centrales con costes de funcionamiento más elevados, para garantizar que puedan seguir funcionando y recuperar un "margen de beneficio razonable", según el documento.

Los Estados miembros de la UE también están estudiando una propuesta de impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles.

Los países que, como Italia, ya cuentan con un impuesto sobre los beneficios inesperados de las empresas energéticas deberían poder mantener sus medidas nacionales en lugar de aplicar la de la UE, siempre que genere una recaudación al menos igual a la que se espera del régimen comunitario, según el proyecto de documento.

(1 dólar = 1,0020 euros)