El índice de precios al consumo aumentó un 0,5% el mes pasado, tras subir un 0,1% en diciembre, según informó el martes el Departamento de Trabajo. La inflación mensual se vio impulsada en parte por la subida de los precios de la gasolina, que aumentaron un 3,6% en enero, según los datos de la Administración de Información Energética estadounidense.

Los economistas encuestados por Reuters habían previsto que el IPC subiera un 0,5%. Gran parte de la encuesta se realizó antes de que la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo publicara el viernes las revisiones anuales de los datos desestacionalizados del IPC. El BLS también actualizó los factores de ajuste estacional, el modelo que utiliza para eliminar las fluctuaciones estacionales de los datos.

Las ponderaciones del gasto utilizadas para calcular el IPC también se actualizaron a partir del informe de enero. Las nuevas ponderaciones, que se publicaron el viernes, reflejan el gasto de los consumidores en 2021.

Ahora se ha elevado la parte del IPC correspondiente a la vivienda, pero se redujeron las ponderaciones del transporte y los alimentos. Las revisiones, los factores estacionales actualizados y las nuevas ponderaciones llevaron a algunos economistas a elevar sus previsiones sobre el IPC.

No obstante, la inflación se está ralentizando, lo que permitiría a la Reserva Federal continuar con su pequeño ritmo de subidas de tipos el mes que viene.

En los 12 meses transcurridos hasta enero, el IPC aumentó un 6,4%. Fue el menor aumento desde octubre de 2021 y siguió a una subida del 6,5% en diciembre. El IPC anual alcanzó un máximo del 9,1% en junio, lo que supuso el mayor incremento desde noviembre de 1981.

La moderación de la presión sobre los precios refleja una política monetaria más restrictiva, que está pesando sobre la demanda, así como la mejora de las cadenas de suministro. Pero pasará un tiempo antes de que la inflación vuelva a acercarse al objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal, debido a la rigidez de los alquileres y a la estrechez del mercado laboral, que mantienen elevados los precios de los servicios.

El banco central estadounidense ha elevado su tipo de interés oficial en 450 puntos básicos desde el pasado marzo, desde cerca de cero hasta una horquilla del 4,50%-4,75%, con la mayor parte de las subidas entre mayo y diciembre. Los economistas creen que la Fed podría elevar este tipo por encima del máximo del 5,1% que proyectó en diciembre y mantenerlo ahí durante algún tiempo.

Excluyendo los volátiles componentes alimentario y energético, el IPC aumentó un 0,4% tras subir un 0,4% en diciembre. En los 12 meses transcurridos hasta enero, el llamado IPC subyacente aumentó un 5,6% tras subir un 5,7% en diciembre.