TOKIO, 3 mar (Reuters) - La inflación subyacente de los precios al consumo en Tokio, la capital de Japón, se ralentizó en febrero por el efecto de los subsidios gubernamentales a la energía, aunque un índice que elimina el efecto del combustible alcanzó un nuevo máximo de tres décadas, en una señal de aumento de la presión inflacionista.

Otros datos mostraron que la tasa de desempleo de Japón alcanzó en enero su nivel más bajo en tres años (2,4%), lo que sugiere que la intensificación de la escasez de mano de obra empujará a las empresas a subir los salarios y ayudará a amortiguar el impacto que sienten los hogares por el aumento del coste de la vida.

Según los analistas, estos datos ponen en duda la opinión del Banco de Japón de que la reciente inflación impulsada por los costes será temporal y probablemente mantendrá al banco central bajo presión para que reduzca gradualmente su enorme estímulo monetario.

"La inflación en la capital ha caído menos de lo que esperábamos el mes pasado, lo que sugiere algunos riesgos al alza para nuestra previsión de que la inflación caiga por debajo del objetivo del 2% del Banco de Japón a mediados de año", dijo Darren Tay, economista para Japón de Capital Economics.

Los precios al consumo subyacentes en Tokio, un indicador adelantado de las tendencias a escala nacional, subieron un 3,3% en febrero con respecto al año anterior, igualando las previsiones del mercado y ralentizándose con respecto al máximo de casi 42 años del 4,3% alcanzado en enero, según mostraron los datos del Gobierno el viernes.

El índice de precios al consumo (IPC) subyacente de Tokio que excluye los alimentos frescos pero incluye el coste del combustible superó el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón durante nueve meses consecutivos.

La ralentización se debió sobre todo al efecto de los subsidios estatales a la energía para frenar el aumento de las facturas de los servicios públicos, mostraron los datos.

Un índice separado para Tokio, que excluye los precios de los alimentos frescos y de la energía, y que es seguido de cerca por el Banco de Japón como indicador de las presiones sobre los precios impulsadas por la demanda interna, fue un 3,2% más alto en febrero que un año antes, superando la subida del 3,0% de enero.

Se trata del aumento interanual más rápido desde agosto de 1991, cuando el índice también subió un 3,2%.

El coste de la energía subió un 5,3% en febrero respecto al año anterior, mucho menos que el 26,0% de enero. Pero los precios de los alimentos frescos subieron un 7,8% en febrero, más rápidamente que el 7,4% de enero.

La inflación de los servicios, que el Banco de Japón considera clave para lograr un crecimiento salarial sostenido, subió al 1,3% en febrero desde el 1,2% de enero.

Los dirigentes del BOJ han subrayado repetidamente la necesidad de mantener una política monetaria ultralaxa hasta que la inflación alcance de forma sostenible su objetivo del 2%, acompañada de un mayor crecimiento salarial.

(Reporte de Leika Kihara y Takahiko Wada; Reportaje adicional de Kantaro Komiya; Edición de Lincoln Feast, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdansk)