Eurostat, la oficina de estadística de la UE, declaró el martes que los precios a las puertas de las fábricas de los 20 países que comparten el euro bajaron un 0,5% intermensual en febrero, lo que supone un aumento interanual del 13,2%.

Esto supone una desaceleración constante desde el máximo del 43,4% alcanzado en agosto, cuando los precios de la energía eran más del doble que un año antes.

Los economistas encuestados por Reuters esperaban una caída mensual de los precios del 0,3% y una desaceleración interanual hasta el 13,3%.

El componente energético bajó un 1,6%, aunque seguía subiendo un 17,4% respecto al año anterior, cuando Rusia invadió Ucrania.

Sin la volatilidad de la energía, los precios a la producción subieron un 0,2% intermensual y un 10,2% interanual.

Los precios de producción son una señal temprana de las tendencias inflacionistas porque sus cambios suelen trasladarse a los consumidores finales.

La inflación al consumo registró en marzo la mayor caída de su historia, hasta el 6,3%, pero la inflación subyacente alcanzó un nuevo máximo histórico. El Banco Central Europeo quiere mantener la inflación en el 2,0% y ha subido los tipos de interés en repetidas ocasiones para frenar el crecimiento de los precios.

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