El contrato de maíz más activo de la Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT) subía 3-3/4 centavos, o un 0,8%, a 4,80 dólares el bushel a las 1808 GMT.
La agencia brasileña de suministro de alimentos y estadísticas, Conab, predijo a última hora del martes una caída del 9,1% en la cosecha total de maíz de Brasil en el ciclo 2023/2024.
"Esa es una gran caída", dijo Dan Basse, presidente de AgResource Co, con sede en Chicago. "Cuando el mercado estadounidense vio eso, fue motivo para cubrir los cortos a mínimos de tres años", dijo. Los fondos de materias primas mantienen su mayor posición corta neta en los futuros de maíz de la CBOT desde 2020, según muestran los datos semanales de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas, lo que deja al mercado propenso a episodios de cobertura de cortos.
Los futuros de la soja subieron, rebotando un día después de tocar sus niveles más bajos desde el 16 de agosto. El contrato de referencia de noviembre subía un 0,5% a 13,21-3/4 dólares a las 1808 GMT.
Los operadores siguen atentos a los informes de rendimiento de las primeras fases de la cosecha estadounidense para tener una idea más precisa del tamaño de las cosechas de soja y maíz de EE.UU. en 2023.
En cuanto a las exportaciones, el Departamento de Agricultura de EE.UU. confirmó ventas privadas de 120.000 toneladas métricas de soja estadounidense a destinos desconocidos.
En un recordatorio de la competencia exportadora de Brasil, el principal productor y proveedor de soja del mundo, las importaciones chinas de soja del país sudamericano aumentaron un 45% en agosto respecto al año anterior, según mostraron los datos aduaneros.
Los futuros del trigo CBOT obtuvieron apoyo de la demanda de exportación de Egipto y Argelia, pero la recogida de beneficios recortó las ganancias, según los operadores. El trigo CBOT de diciembre subió 2-3/4 centavos, o un 0,5%, a 5,86-3/4 dólares el bushel.
"Estamos encontrando algo de demanda mundial. Está dando un rebote al mercado del trigo", dijo Basse.
En la licitación de Egipto, las ofertas iniciales de las que informaron los comerciantes mostraban que el trigo búlgaro era el más barato antes de los gastos de envío, mientras que las ofertas rusas parecían alinearse a un precio único que se cree que representa el precio mínimo no oficial.
