El rebote se produjo tras dos días de fuertes caídas para empezar 2023, ya que los inversores se preocupan por una posible recesión mundial y las señales económicas a corto plazo en los dos mayores consumidores de petróleo del mundo, Estados Unidos y China, parecen tambaleantes.

Los futuros del crudo Brent ganaron 59 centavos hasta los 78,43 dólares el barril a las 0136 GMT, mientras que los futuros del crudo estadounidense West Texas Intermediate subieron 69 centavos hasta los 73,53 dólares el barril.

En las dos sesiones anteriores, los descensos de más del 9% del Brent y el WTI fueron las mayores pérdidas de dos días al comienzo de un año desde enero de 1991, según los datos de Refinitiv Eikon.

Los datos económicos de Estados Unidos lastraron los precios en la sesión anterior.

El sector manufacturero estadounidense se contrajo aún más en diciembre, cayendo por segundo mes consecutivo a 48,4 desde 49,0 en noviembre, en la lectura más débil desde mayo de 2020, según informó el Instituto de Gestión de Suministros (ISM).

Al mismo tiempo, una encuesta del Departamento de Trabajo de EE.UU. mostró que las ofertas de empleo cayeron menos de lo esperado, aumentando la preocupación de que la Reserva Federal utilice el ajustado mercado laboral como motivo para mantener los tipos de interés más altos durante más tiempo.

Los inventarios de crudo en Estados Unidos aumentaron en 3,3 millones de barriles la semana pasada, junto con las existencias de gasolina que subieron en 1,2 millones de barriles, mientras que las de destilados cayeron, según fuentes del mercado que citan cifras del Instituto Americano del Petróleo. [EIA/S]

Los datos gubernamentales sobre inventarios se publicarán el jueves.

En China, los datos mostraron que, aunque no se ha encontrado allí ninguna nueva variante del coronavirus, el país ha subrepresentado el número de personas que han muerto en su reciente brote, que se ha extendido rápidamente, dijeron funcionarios de la Organización Mundial de la Salud.

La preocupación por las perturbaciones económicas a medida que el COVID-19 se abre camino a través de China, el mayor importador de petróleo del mundo, se ha sumado al pesimismo en torno a los precios del crudo.

El gobierno chino aumentó las cuotas de exportación de productos petrolíferos refinados en la primera tanda para 2023, señal de las expectativas de una escasa demanda interna.