Los precios de los productos han aumentado de forma generalizada desde que comenzó la invasión de Ucrania por parte de Moscú el 24 de febrero, lo que ha provocado sanciones que han aislado económicamente a Rusia y han enviado la moneda a mínimos históricos. Muchas de las principales empresas del mundo han suspendido sus operaciones en el país y éste está excluido en gran medida del sistema financiero internacional.

Un ruso corriente gastó un 21% más en la primera semana de marzo en comparación con la media de febrero, impulsado tanto por la inflación como por la prisa por hacer acopio de existencias, dijo el banco estatal PSB en una nota tras analizar las transacciones con tarjetas de crédito y débito.

El RSP ofrece una amplia gama de servicios, pero se ha centrado en los empleados estatales y en el sector de la defensa desde que fue rescatado por el banco central en 2017.

El gasto en artículos electrónicos aumentó un 40%, las ventas en farmacias sumaron un 22%, y la demanda de ropa, calzado y el gasto en supermercados aumentó un 16%, dijo el RSP.

Ajustando la inflación, la demanda de este tipo de bienes aumentó entre un 14% y un 21%, dijo el RSP. Los rusos también redujeron su gasto en cafés y restaurantes en un 6%, añadió.

En un entorno estresante, "los clientes quieren fijar los precios y comprar no sólo bienes populares sino también regulares", dijo en la nota Dmitry Gritskevich, que dirige el análisis del sector financiero y bancario en PSB.

Gritskevich espera que la demanda se calme en las próximas semanas, ya que las cadenas de suministro de China e India deberían restablecerse.

La inflación anual de los consumidores alcanzó el 10,42% al 4 de marzo, según el Ministerio de Economía, frente al 9,05% del 25 de febrero.

La inflación semanal subió al 2,22% desde el 0,45% de la semana anterior, su mayor lectura desde 1998.