Al optar por la acuamación, Tutu, que falleció el 26 de diciembre a los 90 años, se unió a un creciente movimiento de "entierro verde" centrado en el uso de materiales biodegradables y la descomposición natural.

En la acuamación, el cuerpo se sumerge en una solución alcalina en una cámara metálica y se calienta hasta que se disuelve. De este modo sólo quedan los huesos, que se hornean y se trituran para devolverlos a la familia.

"Se supone que deben ir a la tierra, ¿verdad? Se supone que debes ser enterrado, no guardado así", fue la reacción visceral de Stanley Mini, de 79 años.

La acuamación es cada vez más popular en algunos países como Estados Unidos, pero en África, donde el entierro es la tradición, era una opción inusual.

"Me preguntaba: ¿cómo ha llegado el Arco a conocer la acuamación?", dijo Pieter van der Westhuizen, director general de una de las mayores funerarias sudafricanas, Avbob, a la que recurrieron los Tutu, refiriéndose a ellos por su apodo cariñoso.

"Nosotros (no) sabíamos... lo grande que era él en cuanto a ser ecológico. Me alegró mucho oírlo", dijo a Reuters TV.

Los defensores de la acuamación afirman que ésta evita la emisión de gases que calientan el clima que produce la cremación y utiliza un 90% menos de energía.

"Yo elegiría el agua; de hecho, me siento bien de que haya elegido el agua en lugar del fuego", dijo Cameron Ruiters, de 22 años, residente en Ciudad del Cabo.

Tras la acuamación, los restos de Tutu fueron enterrados en una caja de madera bajo el suelo de la catedral de San Jorge de Ciudad del Cabo.