EL CAIRO, 16 jul (Reuters) -Más de 10 millones de sudaneses, el 20% de la población, se han visto obligados a abandonar sus hogares desde que comenzó la guerra en Sudán, según informó el martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), mientras sigue agravándose la mayor crisis de desplazados del mundo.

La cifra es el más reciente dato desolador del país del este de África, devastado por un conflicto que comenzó en abril de 2023. La guerra ha dejado a la mitad de la población, de unos 50 millones de habitantes, sumida en una crisis de hambre y necesitada de ayuda humanitaria, la mayor de todos los países.

Más de 2,2 millones de personas han huido a otros países desde el comienzo de la guerra, mientras que casi 7,8 millones buscaron refugio dentro del país, dijo la OIM en un informe bimensual. Otros 2,8 millones de personas ya estaban desplazadas por conflictos anteriores en el país.

Los combates entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), que estallaron el año pasado en la capital, Jartum, se extendieron rápidamente por Darfur hacia el oeste y las RSF se hicieron con el control de la mayoría de los centros.

Los expertos de la ONU afirman que el hambre ha sustituido a la violencia como principal motor de la emigración desde Darfur, donde tienen dificultades para hacer llegar la ayuda.

"Todos los refugiados con los que me reuní dijeron que el motivo de su huida de Sudán era el hambre", dijo a la prensa el doctor Shible Sahbani, director de la Organización Mundial de la Salud, tras visitar en Chad a refugiados de Darfur, de donde procede la mitad de la población desplazada.

"Una mujer que acaba de llegar a Adré informó de que todos los alimentos que solían producir localmente en Darfur se los habían llevado los combatientes", añadió.

A medida que la RSF amplía su alcance en el sureste del país en las últimas semanas, más de 150.000 personas se han visto desplazadas del estado de Sennar, según la OIM, muchas de ellas por segunda o tercera vez tras las incursiones de la RSF en mercados y hogares de las pequeñas ciudades y pueblos del Estado.

La RSF niega haber causado daños a civiles y atribuye la actividad a agentes deshonestos.

Muchos desplazados se encuentran ahora en el estado de Gadarif, que acoge a 668.000 personas que se enfrentan a fuertes lluvias con un refugio limitado y donde las unidades de la RSF han realizado incursiones.

Human Rights Watch advirtió la semana pasada del peligro que supone la expansión de las RSF al Gadarif para 40.000 refugiados etíopes, en su mayoría tigrayanos, a los que las RSF acusan de luchar junto al ejército.

(Información de Nafisa Eltahir; información adicional de Emma Farge; escrito por Tala Ramadan; editado por Jon Boyle y Alexandra Hudson; editado en español por Mireia Merino)