En 24 horas, 11 israelíes, cinco palestinos y un policía alemán murieron después de que el enfrentamiento y el posterior esfuerzo de rescate se convirtieran en un tiroteo.

Entre las víctimas se encontraban el entrenador de esgrima israelí Andre Spitzer y el levantador de pesas Joseph Romano, cuyas viudas, Ankie Spitzer e Ilana Romano, ambas de 76 años, han dedicado los últimos 50 años a la conmemoración de sus seres queridos y han liderado la lucha por la indemnización.

Reuters también escuchó a la ex marchadora israelí y superviviente del Holocausto, Sahul Ladany, dos veces olímpica, que sobrevivió al ataque de Septiembre Negro.

Nacido en 1936 en Belgrado, Ladany soportó el campo de concentración nazi de Bergen-Belsen, del que fue liberado antes de cumplir los nueve años. Emigró a Israel en 1948 y se convirtió en corredor, y luego en profesor de ingeniería industrial y gestión en la Universidad Ben Gurion.

La ceremonia del 50º aniversario, que se celebrará en Múnich la semana que viene, se vio ensombrecida por una disputa con las autoridades alemanas sobre la compensación a las familias de las víctimas, que inicialmente dijeron que boicotearían el acto.

Pero el miércoles (31 de agosto) los presidentes israelí y alemán dijeron que el desacuerdo se había resuelto, llegando las partes a un acuerdo. Las familias decidieron entonces asistir a la ceremonia.

Spitzer y Romano llevan tiempo acusando a las autoridades alemanas de mentir y ocultarles información.

Dicen que, además de buscar una compensación, piden a Alemania que asuma su responsabilidad y se disculpe por lo que, según ellos, fueron errores en la gestión del secuestro y el maltrato de los familiares. También quieren que Alemania abra sus archivos para poder saber lo que ocurrió.