En sus últimas sanciones, Washington apuntó a la empresa USM del multimillonario ruso Alisher Usmanov y a las empresas en las que tiene participaciones, entre las que se incluye Megafon.

Megafon dijo que consideraba las sanciones como "una medida injusta e ilegal que carece de fundamento", y añadió que tenía intención de impugnarlas.

USM también dijo que consideraba las restricciones impuestas a la empresa y a Usmanov como "injustas e infundadas" y se comprometió a impugnarlas.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro emitió el miércoles una licencia que autoriza a Megafon a prestar servicios de telecomunicaciones, así como a comerciar con entidades estadounidenses en software, hardware y tecnología para prestar servicios de Internet.

"Esto significa esencialmente que no hay un impacto material directo en nuestro negocio, nuestros abonados y los servicios, incluido el roaming, que les proporcionamos, de la decisión del regulador estadounidense", declaró Megafon en un comunicado.

Hasta ahora, las sanciones occidentales no se han dirigido a la infraestructura de telecomunicaciones rusa, pero el sector se encuentra bajo presión ante la marcha de los proveedores occidentales de hardware.

Altos ejecutivos de las telecomunicaciones y otras fuentes del sector declararon a Reuters a finales del año pasado que la marcha de los fabricantes de equipos de telecomunicaciones Nokia y Ericsson podría paralizar las redes móviles del país a largo plazo y provocar un deterioro de las comunicaciones para los rusos.

Las investigaciones de la empresa de noticias y análisis Telecom Daily han demostrado que la velocidad de la Internet móvil rusa descendió en las regiones fuera de Moscú en febrero, ya que la marcha de los fabricantes de equipos extranjeros limitó el acceso de los operadores al hardware, aunque los operadores, incluido Megafon, cuestionaron estos resultados.